Indecisos, el clavo ardiendo

"Se a esquerda se move, a esquerda gaña". Son palabras del líder de los socialistas gallegos, Pachi Vázquez, pronunciadas ayer y que redundan en una idea que subyace en el discurso de su partido desde que se conoció la encuesta del CIS el pasado viernes: agarrarse al clavo ardiendo que supone el dato del 30% de indecisos en medio del contexto de debacle -tan contundente como esperada- que se pronostica para el PSOE.

Los socialistas se aferran a los indecisos para tratar
de evitar una derrota electoral que se da por segura.

A nadie le coge por sorpresa este resultado, escaño arriba escaño abajo. Tampoco me parece tan extraño el dato de los indecisos, y mucho menos que se aferren a él, pues ya sabemos que todos los que concurren a las elecciones van a decirnos siempre que lo hacen para ganar por improbable que parezca -y en este caso es casi tan improbable para el PSOE como para IU o UPyD, por poner ejemplos y salvando las distancias-. Lo que realmente me llama la atención es que, de esas personas que van a votar y no saben a quién, un 27% se debate únicamente entre PP y PSOE.

Este último dato me resulta difícil de comprender. Frente a la idea que venden los dos partidos mayoritarios de que son radicalmente distintos entre ellos, está la de quienes dicen que en el fondo son exactamente lo mismo. Pero esta última tampoco es explicación, porque, si no hay diferencia -y estos dos no gustan-, ¿por qué no abrir el abanico a otras opciones? Quizás sea por el famoso voto útil. En todo caso, pienso que, aunque quizás no sea el momento en plena campaña, el PSOE -y también el PP, aunque para ellos, con la victoria en la mano, esto sea una anécdota- debería reflexionar sobre este dato y sobre el fracaso, otro, que les supone que una parte del electorado apenas los diferencie de su teórico antagonista -más allá de felicitarse por esa pequeña esperanza que suponen los indecisos-.