viernes, 18 de noviembre de 2011

Aquella socialista del pelo naranja

Mi primer recuerdo -algo vago- de Rosa Díez es el de una señora con el pelo naranja que iba en las listas del PSOE a unas elecciones europeas. No sé cuántos años hace, pero aunque fueran siglos, la metamorfosis de esta mujer continuaría siendo muy difícil de explicar. Metamorfosis o incoherencia.


Rosa Díez: aquella socialista del pelo naranja
Rosa Díez, en distintos momentos de su larga etapa socialista.

Independientemente del sentido del cambio, debe de ser muy frustrante levantarte un día y darte cuenta de que has militado durante años y años en un partido que defiende cosas opuestas a las que verdaderamente piensas –dando por supuesto que estas últimas son las directrices del partido propio que ha formado-, así como de que has participado activamente de un bipartidismo que ahora te parece el origen de todos los males. Podría entenderse como una evolución producida por el paso del tiempo, siempre y cuando no se hubiera dado en tiempo récord, dejando el primer partido –al que representaba en el Parlamento Europeo cobrando por ello- únicamente en el momento de comenzar el nuevo.


Rosa Díez, líder de Unión, Progreso y Democracia
Díez fundó en 2008 su actual partido, UPyD.

Rosa Díez tiene mucho mérito. Ha conseguido en poco tiempo un respaldo importante partiendo de unos planteamientos que parecen jugar al despiste -progresista según su nombre, pero en poco más- y todo apunta a que seguirá creciendo, tal y como pronostican las encuestas de cara a las elecciones del domingo. Pero, ¿no la desacredita el hecho de que de repente sea la más crítica con la gente con la que ha compartido partido hasta hace dos días como quien dice?

Díez no dejó el PSOE en plena crisis económica cuando se acusaba al gobierno de girar a la derecha. Fue ella la primera en hacer el giro. En los últimos años –con y sin crisis, repito- se ha dedicado a criticar ferozmente a un partido al que ella perteneció y con el que, al parecer, le llevó 30 años darse cuenta de que no se identificaba. Aunque solo sea por eso, debería ser un poco más pudorosa o, al menos, comprensiva con los que todavía no se han "despertado" como le pasó a ella. Pero claro, Díez es vasca (¿algo bruta, quizá?), ya que tanto le gustan los tópicos

No hay comentarios:

Publicar un comentario