Estamos en verano y, como en los medios, a mí también me escasean estos días los temas sobre los que escribir. Por eso opto por entrada fotográfica, dedicada en este caso a las Islas Cíes (Vigo), de esos paraísos cercanos (en mi caso) y que, sin embargo, visité hoy solo por cuarta vez -segunda por placer, las dos restantes, qué tiempos aquellos, fueron por trabajo). Es agradable comprobar cómo, pese a la crisis, los barcos se llenan y, con ellos, el camping y el restaurante. Lo cierto es que un lugar como este -por sus características y por ser idóneo para desconectar y olvidarse de las preocupaciones, de lo que a cada uno nos toca de la archiconocida crisis- bien lo merece.
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