Hemos oído muchas veces críticas contra los privilegios de la Iglesia Católica en un estado como el español que, de acuerdo con la Constitución de 1978, es aconfesional. Esto es, "que no pertenece o está adscrito a ninguna confesión religiosa" (definición de la RAE).
Un ejemplo que siempre ha suscitado polémica es la emisión de la misa por TVE. No estoy en contra de ella, entiendo que tiene su público por así decirlo -mi abuela, espectadora fiel desde que no está en condiciones de ir a la iglesia los domingos como había venido haciendo durante toda su vida, la primera- y que seguramente no es menos numeroso que el de otros espacios de La 2, un canal minoritario pero que cumple su función con los contenidos que difunde -y que, además, cuenta también con espacios específicos dedicados a otras confesiones-.
Captura de la misa emitida ayer en TVE y ahora colgada en su web. Abajo, imagen del público asistente a la homilía. |
Lo que no se debería permitir bajo ningún concepto es que en una televisión pública un sacerdote utilice su homilía para difundir ideas más propias de Intereconomía o similares como las que manifestó el obispo de Alcalá de Henares en una eucaristía de Viernes Santo que se retransmitía en TVE. La fe y las creencias merecen todo el respeto -o todo mi respeto, al menos-, no así opiniones que en sí mismas se lo faltan a determinadas personas o colectivos.
Tampoco cabe olvidar que discursos parecidos a este son los que uno se expone a escuchar cuando acude a cualquier misa católica. No será la norma, pero tampoco la excepción. Y está en consonancia con las posturas oficiales de la Iglesia. Tal vez eso sea, en realidad, lo más peligroso.
En ocasiones la Semana Santa es terrible, luctuosa http://youtu.be/qiSKylRG4JA
ResponderEliminar