Ana Botella es la nueva alcaldesa de Madrid. No es algo que haya resultado especialmente sorprendente, sino que se veía venir ante los insistentes rumores que situaban a Gallardón en el equipo de ministros de Mariano Rajoy y teniendo en cuenta que la esposa del ex-presidente Aznar era hasta ahora su segunda y, por tanto, sucesora natural.
Botella, tras ser elegida en Pleno Extraordinario. |
Leía un día de estos un manifiesto que pide elecciones para que sean los madrileños los que escojan el relevo del ahora responsable de la cartera de Justicia. Es lo mismo que defienden los partidos de la oposición con representación en la corporación municipal madrileña -PSOE, IU y UPyD- y seguramente sea legítimo reclamar ese derecho. Tampoco seré yo la que defienda a Ana Botella, sin embargo, ¿alguien piensa que el resultado de unas hipotéticas elecciones con la hasta hoy concejala de medio ambiente de la capital como cabeza de lista sería muy diferente al que se registró en los comicios de mayo -mayoría absoluta del PP-? Yo no lo creo.
Además, los madrileños apoyaron mayoritariamente hace solo unos meses una lista en la que Botella era la número dos y ante la perspectiva de que el número uno no permaneciese como alcalde mucho tiempo. Y ya sabemos lo que pasa en estos casos -José Antonio Griñán, por ejemplo, sustituyó a Manuel Chaves al frente de la comunidad de Andalucía cuando este fue nombrado vicepresidente tercero del gobierno de Zapatero en 2009 sin someterse a las urnas, y es sólo un caso-. En España no hay listas abiertas y ese es el hecho que puede ser criticable por considerarlo injusto. Pero es lo que hay y legitima la designación de Botella, que en ocho años, justo coincidiendo prácticamente con los mandatos socialistas en España, ha pasado de principiante en política -y autora de citas célebres como aquella de las peras y las manzanas- a alcaldesa , mal que nos pese a muchos.
Igual voy a decir una tontería, pero considero que cuando se vota en unas elecciones se vota a un partido, no a una persona. Por tanto, mientras el partido sea el mismo, pueden mover lo que les dé la gana. Eso entiendo yo. Y no es que me guste la Bottle Ann, pero me parece lo justo.
ResponderEliminarClaro, además es que el sistema prevé que sea así, con lo cual no hay mucho más que decir. Y la gente que votó sabía tanto que Ana Botella iba en esa lista como que probablemente sería ella la que sustituyera a Gallardón cuando a él lo nombraran ministro...
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