Escribo esto sin haber visto el Telediario -ni ningún otro informativo- de hoy. Pero no es complicado imaginar cuál habrá sido su comienzo: gente descorchando botellas, llorando y gritando de alegría delante de alguna administración de lotería. Vecinos contando cuánto les ha tocado y en qué lo van a invertir, el que estuvo a punto de hacerse con el número afortunado y al final no lo tiene, el que por el contrario lo tiene de pura casualidad o habiéndolo comprado en el último momento, las administraciones que todos los años dan algún premio, los niños de San Ildefonso que pueden presumir de haber cantado los números de la suerte, las comunidades y ciudades más y menos agraciadas y alguna referencia a la crisis y a aquello de que a los que no les -nos- ha tocado les queda la salud y el sorteo del Niño.
El "calvo" fue imagen de la Lotería de Navidad durante años. |
Es así desde que tengo uso de razón, una de tantas noticias a las que nos enfrentamos de forma casi idéntica todos los años pese a que, en mi opinión, su interés no dé para tanto. Se considera, además, el inicio de la Navidad -que aprovecho de paso para ir felicitando por aquí-, y una de tantas tradiciones a las que los medios están "obligados" a dar una amplia cobertura -porque no sólo es la tele, las portadas de mañana también son fácilmente predecibles, con permiso este año, eso sí, de la toma de posesión de los nuevos ministros de Rajoy-.
A los pocos afortunados no les va a ser mayor la alegría porque les dediquen medio noticiario. En cuanto al resto, es cierto que es mejor ver este tipo de imágenes que las que corresponden a noticias menos agradables, pero tengo la impresión de que no soy la única a la que le cansa que le cuenten la misma historia una y otra vez, recordándome que, de nuevo, no soy protagonista...
El mejor momento del año para ver cómo con un juego estadístico sencillísimo la gente se hace sus paranoias mentales y se gasta un dineral para nada.
ResponderEliminarPues sí, ese es otro análisis muy interesante ;) Yo flipo especialmente con la gente que compra números de fechas dererminadas (este año la del accidente de Santiago, decían) u otros como el de Mandela... Lógica cero, le veo.
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