miércoles, 30 de mayo de 2012

Nada nuevo

Hace unas cuantas entradas que no escribo de política. Quizás porque no había nada llamativo que decir más allá de lo de siempre -y que me aburre-. O quizás lo llamativo sea precisamente eso, que nada cambia, todo se repite, nada nuevo.

La prima de riesgo -ese concepto para muchos, entre los qu me encuentro, desconocido hace no tanto- sigue batiendo récords históricos y una se acuerda de que Rajoy no iba a hacer milagros -a veces sí los vendía, pero desde la misma noche electoral, ya dejó claro que la varita mágica que por momentos parecía poseer se la debían de acabar de haber robado mientras sonaba el Saturday Night y otros temazos en la noche del 20-N en Génova-. No iba a hacer milagros, pero iba a generar confianza, que era lo que más falta hacía.


El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en un mitin
Rajoy, durante la rueda de prensa ofrecida el lunes.


¿Y ahora qué? ¿Y Bankia qué? ¿Y el déficit de la comunidad de Madrid? Pues nada, Espe desvía la atención con la final de Copa utilizando los brillantes argumentos a los que nos tiene acostumbrados y aquí no ha pasado nada. Para todo lo demás, ya tenemos la herencia recibida de la que hace tantos meses empecé a hablar por aquí cuando el concepto era "herencia envenenada" (ahora lo de "envenenada" se sobreentiende, imagino, ¡que hablamos de ZP!).

No prometas lo que no puedas cumplir, que decían. Y como va de repetirse -me sumo yo también- ya hablé por aquí también de que las promesas de Rajoy se ha demostrado que no valen nada. O eso, o que se tomará una eternidad para cumplirlas.

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