El pasado lunes se celebró la ceremonia de entrega de los XV Premios Max de Teatro, ofrecida con un considerable retraso por el segundo canal de la televisión pública, La 2 de TVE. Esta práctica -emisión en diferido- suele asociarse a la pretensión de poder "cortar" lo que no guste de lo que puedan decir o hacer los protagonistas -en Estados Unidos hemos visto más de un ejemplo-, cosa que siempre ha dado lugar a polémica.
Julia Gutiérrez Caba recibió el Max de Honor. Foto: www.rtve.es |
El caso es que en el ámbito de la cultura en España han sido muy frecuentes las reivindicaciones en este tipo de actos en los últimos años -un ejemplo muy recordado es el de la ceremonia de entrega de los Goya 2003 donde muchos participantes se volcaron contra la Guerra de Irak y la catástrofe del Prestige-. De este modo los “cortes” en la retransmisión de Televisión Española enseguida han sido identificados con la censura en las redes sociales. Lo cierto es que, como espectadora de la gala, pude percibir esas interrupciones que, por bruscas, resultaban muy poco pertinentes y bastante desagradables, pues se dejaba al premiado -Alfredo Sanzol, Salvador Sunyer y Sanchis Sinisterracon- con la palabra en la boca en medio de su intervención.
Blanca Portillo fue otra de las triunfadoras de la noche. |
TVE ha negado categóricamente el extremo de la censura, escudándose en que necesitaban reducir la duración de la gala para su emisión y en que ya se encuentra completa a disposición del público en su página web. Lo cierto es que el asunto resulta un tanto sospechoso. Si realmente era este el motivo, había muchas otras maneras de hacerlo, mediante la eliminación de momentos más prescindibles y accesorios que las intervenciones de los galardonados. Y tal y como están las cosas en TVE tras las últimas decisiones del gobierno, se trataba simplemente de guardar las formas y evitar así una nueva polémica.
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