Al día siguiente del partido del pasado viernes en el que el celtismo celebró cinco goles, hizo la ola y cantó la Rianxeira como en los mejores tiempos, muchos de los que habíamos estado allí nos enteramos de que alrededor de un centenar de espectadores habían tenido que ser desalojados. El motivo no es sorprendente, más que nada porque no era la primera vez que pasaba: caída de cascotes en un estadio que data de los años 20 y que se encuentra en unas condiciones que no se pueden calificar precisamente de óptimas.
Mucho se ha hablado en los últimos años de la posibilidad de construir un nuevo estadio o, al menos, de remodelar el actual. Hace diez años incluso llegó a firmarse esta reforma, con presupuesto y plazos. Tras Castrillo, los alcaldes sucesivos, incluido el actual, Abel Caballero, también han hablado de esta posibilidad, pero lo único que se ha hecho ha sido poner parches mientras la construcción seguía su progresivo envejecimiento.
Imagen del partido Celta-Numancia (9/3/2012) en el que se produjo el desalojo. |
El antiguo teniente de alcalde, Santiago Domínguez, declaraba estos días que no es prioritario un nuevo estadio. Él mismo defendía lo contrario no hace tanto tiempo, pero el cambio es comprensible en la medida en que el contexto económico tampoco es el mismo. Vale, el nuevo campo puede esperar, pero una reforma consistente, más allá de apaños provisionales cada vez que el tema vuelve a salir a la palestra, sí parece urgente.
Porque no es una cuestión estética, de comodidad ni de modernidad -cualidades que, claro está, se agradecería que se viesen incrementadas-. Estamos hablando de seguridad. Mucho se ha comentado también acerca de la habitual escasa afluencia de público a Balaídos. Está claro que el motivo no tiene mucha relación con todo esto, pero entre volver a pagar los precios poco asequibles de siempre y saber que te puedes llevar un disgusto en forma de cascote sobre tu cabeza -por mucho que digan que lo van a arreglar de manera inminente, igual que las veces anteriores-, las circunstancias no invitan a acudir en dos semanas al encuentro contra el Villarreal B, una de esas 14 finales que le quedan hoy a un equipo que quiere ser de primera, pero cuyo estadio dista mucho de estar a la altura.
*Actualización 18/11/2012: Con el Celta ya en Primera -objetivo pendiente de certificar cuando redacté el contenido original de este post- y pese a las reformas a las que se ha sometido el estadio, sigue habiendo sorpresas. En el partido de hoy contra el Mallorca (que se saldó con un empate a un tanto en el marcador), volvieron a caer cascotes en la zona de Marcador:
*Actualización 18/11/2012: Con el Celta ya en Primera -objetivo pendiente de certificar cuando redacté el contenido original de este post- y pese a las reformas a las que se ha sometido el estadio, sigue habiendo sorpresas. En el partido de hoy contra el Mallorca (que se saldó con un empate a un tanto en el marcador), volvieron a caer cascotes en la zona de Marcador:
Fotos: @VigoPress
Muy bien escrito. Me ha encantado !!
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