Ayer supimos que el diario Público dejaba de editarse en papel, sumándose así a una larga lista de periódicos en la que figuran ADN o Xornal de Galicia, sin olvidar otros medios de comunicación al margen de la prensa escrita. Parece indiscutible que se trata de una noticia nefasta para el periodismo y sus profesionales, pero no todos opinan lo mismo.
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| Primera y última portada de Público. (Fuente: tonienblanc.com/blog) |
Le faltó tiempo a La Gaceta -del grupo Intereconomía- para publicar un artículo firmado por Fernando Díaz Villanueva bajo el título de Hasta nunca Público -al que yo creo que le falta una coma, pero tenga razón o no, sería lo de menos entre tantas cosas que le faltan-, de esos que cuesta calificar sin recurrir a la falta de respeto -de la que el propio texto hace gala-, al insulto o, como mínimo, a adjetivos poco halagüeños. Pero como no soy partidaria de responder de ninguna de estas formas ni siquiera ante semejante provocación, que cada cual juzgue por sí mismo.
El caso es que el cierre de Público pone en peligro 160 empleos -sigue la edición digital, pero los precedentes de otros medios que inicialmente también sobrevivieron en la red no invitan al optimismo-. Pero de periodistas que trabajaban para un medio que se autodefine como progresista, claro, he ahí el problema.
| Captura del artículo de La Gaceta con motivo del cierre de Público. |
Nunca sabremos qué habría escrito Público sobre un hipotético cierre de La Gaceta, pero confío en que habría mantenido el respeto por unos profesionales que se acabasen de quedar en la calle. A título personal, también lo sentiría por sus periodistas -que, además, pueden comulgar o no con su línea, no está la cosa como para elegir...-, pero la pérdida para el mundo de la comunicación no sería comparable, más que nada porque existe una sensible diferencia entre la subjetividad y la manipulación.
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