Estos días no hacemos más que oír hablar -con permiso de Garzón, los guiñoles franceses y, ahora, Withney Houston- de la reforma laboral recién aprobada por el gobierno. Parece claro que su principal característica es el abaratamiento del despido. Y dice el PP, que había descartado cualquier medida en esa dirección, que se han puesto "en la piel de los parados" -en palabras de su portavoz, Alfonso Alonso-, mientras algunos medios de derecha hablan de "resignación y esperanza".
Distintas reacciones a la reforma en los principales diarios españoles. |
Rajoy ya ha dicho que el 2012 va a ser un año malo en materia de empleo y que las cosas van a ir a peor. No es lo mismo que oímos en campaña, pero eso muchos ya lo esperábamos. La cuestión es que desde aquel 2008 en que la crisis empezaba a ser protagonista, han pasado casi cuatro años esperando a que las cosas mejoren. Todo era culpa de los socialistas y con ellos empezaba la recuperación milagrosa. De momento, ya sabemos que serán al menos cinco.
¿Y mientras qué? Pues, mientras, yo pienso cuando oigo hablar de los incentivos para contratar a "jóvenes y parados de larga duración" que, de seguir así, dentro de nada tendré más posibilidades de entrar en el segundo grupo a medida que dejo atrás el primero. Pero me queda lo que decía ayer ese titular de El Mundo -los mismos que ponen a nuestra disposición una herramienta para calcular la indemnización correspondiente si nos despiden-: resignación y esperanza... (los puntos suspensivos son míos) en la calle. Pues sí, sin duda, para cinco millones, en la calle.
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