Los deportistas españoles se han convertido esta semana en el blanco de las burlas de los guiñoles de Canal Plus Francia a raíz de la sentencia que condena al ciclista Alberto Contador por dopaje. El espacio emitido en el país vecino realizó varias parodias en los últimos días en las que no solo se aludía al supuesto dopaje del de Pinto, sino que también se relacionaba directamente con prácticas tramposas a Rafa Nadal y, más de refilón, a Pau Gasol e Iker Casillas, para luego generalizar con el deporte español: "No ganan por casualidad".
Puede entenderse, hasta cierto punto, que arremetan contra Contador, pues es indudable que existe un control anti dopaje en el que dio positivo -sin entrar en posibles causas y justificaciones- y una sentencia en su contra, más o menos justa o discutible. Hay, digamos, algún indicio, pese a que la propia sentencia apunta a que "no se ha probado el dopaje". Pero apuntar con el dedo a un campeón como Rafa Nadal contra el que no hay absolutamente ninguna prueba ni indicio supone una acusación demasiado grave. Igual que con Pau Gasol y el resto de los aludidos de manera indirecta, es decir, todos los deportistas españoles de éxito.
Por eso no comparto una opinión al respecto que acabo de leer y que recuerda que nosotros también nos reíamos con los guiñoles españoles, de los que yo era seguidora asidua. No tiene nada que ver bromear con humor, a veces igual pasándose, no lo discuto, con acusar a alguien de un delito que tiraría por tierra toda una carrera deportiva y sin haber nada que haga sospechar al respecto. "Los franceses pueden esperar toda la vida el positivo de Rafa. Es imposible", dijo su entrenador, Toni Nadal. Pues eso, que lo sigan esperando mientras esperan también sus éxitos...
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