martes, 12 de noviembre de 2013

Twitter y yo

Cuando echo un vistazo a los mails que recibo con los debates de los grupos de LinkedIn a los que pertenezco, abundan los consejos para hacer mil cosas como se debe: "crear tu marca personal", "conseguir visitas para tu blog", "optimizar tu perfil de x red social"... A veces se encuentran cosas interesantes -por eso les echo un ojo-, pero es mucha la gente que anuncia sus posts con títulos pomposos y, yendo de entendidos, solo dicen cosas de sentido común. Por ejemplo (y no voy a enlazar, claro): "La importancia de tu foto de perfil en Twitter", basado en que no dejes demasiado tiempo el huevo que se te asigna por defecto.

Esto que comento, sumado a que hace un tiempo leí un par de posts de personas que contaban sus "reglas" para el uso de Twitter, me ha llevado a contar aquí, no tanto mis normas, pero sí mi experiencia en una red social que considero muy enriquecedora por muchos motivos. También me lleva a contarla una mención que recibí hace semanas (no inserto el tuit porque no sería raro que lo borren):





Como se puede apreciar, sobre todo en la imagen de la derecha, este medio de comunicación que no conocía (consiguieron el objetivo de empezar a existir para mí, aunque no de la mejor manera) intentaba promocionarse a toda costa. Para eso hizo una búsqueda de "problemas capilares" y se dirigió sin ton ni son a gente que había escrito eso en su timeline en algún momento, independientemente del contexto. En mi caso, hace más de cinco meses. Pedían RT, cómo no. El método podía no estar del todo mal de no ser porque lo hicieron de manera indiscriminada. ¿En qué cabeza cabe que del hecho de que yo haya tuiteado sobre la alopecia de Iñaki Urdangarín se pueda deducir que me interesa un texto sobre la caída del cabello? Pues no era el caso, desde luego, y no pinché.

No es la primera vez que me pasa. Y yo también tengo mis maneras de intentar que mis posts lleguen a más gente (por ejemplo, recuperar alguno antiguo cuando está relacionado con algún tema que figure en los TT). Seguro que habrán conseguido muchas visitas así (RT's, me da que menos), pero lo encuentro una tomadura de pelo, ¡nunca mejor dicho!


#Turismobisbal fue el detonante de que empezara a dar uso
a mi cuenta de Twitter a principios del 2011.


Y esto me da pie a contar cómo utilizo yo Twitter. Me registré el 19 de junio de 2010. Fue única y exclusivamente para que la cuenta del proyecto de máster que había hecho con mis compañeras tuviera una seguidora más, de manera que tardé varios meses en usarla con regularidad y en encontrarle sentido (creo recordar que fue e raíz de #turismoBisbal, tuvo tanta repercusión que me picó el gusanillo de enterarme de cómo iba el tema). Al principio ni entendía la dinámica ("¿pero y eso de #turismoBisbal para hablar del tema de dónde sale? ¿Quién se lo inventa?", recuerdo que le preguntaba yo a mi amiga Ana, que era mi maestra, jeje), pero luego acabé siendo habitual. Aquí mis claves y anécdotas: 



-Sigo a quien me aporta algo (y a gente que conozco personalmente, incluso aunque sean "huevos"; si no les conozco, no suelo ser seguidora de "huevos", es señal de que no lo usan, y si no lo usan, ¿para qué seguirles?). No sigo para que me sigan ni me gusta que lo hagan conmigo. Hay veces que te siguen cuentas que se ve a la legua que si no se lo devuelves, será cuestión de días (u horas) que desaparezcan. Y esto es de lo que más me apetecía quejarme en este post: ¡Si no es porque intereso, que directamente no me sigan! Dejo a quien deja de interesarme o a quien no tuitea en meses.


"Te sigo si me sigues". ¿Y de qué nos sirve? Hay muchas cuentas que
lo practican, aunque haya escogido esta, que ya es el caso extremo,
para ilustrarlo.



-Peor todavía son los que te siguen y, aunque tú le sigas también, cuando lo haces desaparecen.

-Tuiteo sobre cualquier cosa que me resulte interesante en un momento dado (el mismo criterio que los posts de este blog). Procuro no ser pesada con ninguna de esas cosas porque soy consciente de que puedo resultar cargante para quienes tengan en común conmigo un gusto diferente por el que me siguen.

-Mi anécdota más divertida en Twitter se la debo a @policia. Lo conté en un post que fue portada de Menéame y, aunque lo tumbaron pronto, es la segunda entrada más vista de este blog.




-Menciono a la gente cuando reproduzco un tuit suyo (aunque sea de un enlace que no les pertenece, pero al que yo, al fin y al cabo, llego gracias a ellos). Si no hago RT directamente suele ser por tres motivos: quiero añadir algo de mi propia cosecha, hay alguna falta de ortografía que no me apetece reproducir tal cual, o incluye una imagen que quiero tener entre las mías.

-Uso hashtags -si procede- para llegar a más gente. Obviamente, me gusta que me sigan, me RT y todas esas cosas. Quien diga lo contrario, digamos que no creo que cuente toda la verdad.

-Lo más surrealista que me pasó hasta la fecha: tuiteo un texto en tono de humor sobre razones por las que no salir con un periodista y una colega que no conozco me comenta lo que veis debajo (que fue borrado luego por la susodicha después de explicarle yo que igual no se había enterado de mucho, aunque no rectificó en ningún momento), equivocándose absolutamente en todo: ni lo había escrito yo, ni la intención del texto era reírse de nadie (bueno, sí, de uno mismo), ni mi profesión es diferente de la suya. Lo más inesperado, que Luis Enrique (entrenador del Celta) me respondiera a un tuit.





-Contesto las menciones, me gusta interactuar. Es curioso ir viendo cómo formas un grupo de personas a las que conoces solo de Twitter, pero con las que dialogas frecuentemente.

-Intento no tuitear lo mismo varias veces (a diferentes horas), aunque caigo en la tentación cuando algo me parece lo suficientemente interesante como para querer que llegue al mayor número de personas posible.

-Otra pequeña anécdota: la cuenta de El País Galicia me siguió y dejó de seguir unas cuatro veces como mínimo (llegó un momento que perdí la cuenta), siguiéndola yo de forma ininterrumpida hasta el día de hoy (ellos no me siguen en este momento) y desde antes de que ellos lo hicieran por primera vez, por lo que no entiendo el motivo de esta conducta. Encontré la prueba en mi correo.




-Soy muy desconfiada con las cuentas de famosos y, sobre todo, con las informaciones que surgen y se extienden como la pólvora, pero que no siempre son ciertas (¿Cuántas veces ha matado Twitter a Fidel Castro y a Fraga antes del fallecimiento real?). Piensa mal, y acertarás. Y si una cuenta recién creada de El Gran Wyoming me sigue a mí, como pasó la semana pasada hasta que la suspendieron, es muy evidente que no va a ser real.

-Si un tuit lleva un enlace, no lo retuiteo sin visitarlo. Puede haber sorpresas. Recordaba aquí hace poco en De esta agua no beberé el caso de PR Noticias y la marcha de Ana Mato del Ministerio: pese a este titular tan rotundo, en el enlace (que ya no existe) hablaban de "muchas probabilidades" o algo así.





-No había bloqueado nunca hasta que me empezaron a llegar insultos por un episodio muy concreto (muchos se borraron y, aunque guardo las capturas, no los voy a reproducir). Fue por decir, textualmente, que Fernando Vázquez había hecho unas declaraciones "innecesarias" sobre Vigo. Sin arrepentirme lo más mínimo de lo que escribí (lo pienso y no falté al respeto a nadie), aprendí la lección de no volver a mencionar más al equipo que entrena ese señor (hay mucho fanático en Twitter que es preferible mantener lejos, de todos los equipos y todas las ideas, ojo), y al que me había referido exclusivamente porque él había criticado a mi ciudad. También he bloqueado o reportado por spam a cuentas falsas (como los casos de jugadores del Celta) o a algunas que fomentan la violencia, etc.

-Por mi parte, fui bloqueada por Miguel Ángel Rodríguez (el de "me lo he bebido todo", para entendernos). Y seguro que por más gente, pero de él me enteré cuando quise realizar alguna acción con su cuenta (un RT, creo recordar) y no pude. Aún no me recuperé del disgusto :P


Miguel Ángel Rodríguez me bloqueó tras este diálogo.


-No borro tuits, por lo general, aunque no me gusta que las conversaciones se alarguen demasiado (no es Twitter el medio para una conversación que, produciéndose en ese medio, es pública para todo el mundo) y he borrado alguna por pensar "esto no interesa a nadie". Y cuando cometo alguna errata, procuro borrar al momento para corregirla, ¡sobre todo desde que existe Así está el patio ortográfico!

-Al "favorito" le doy dos usos: uno es simplemente como el "me gusta" de Facebook; el otro es para leerlo más tarde si no tengo tiempo en ese momento y me parece que puede ser interesante (tengo entendido que el que se considera correcto es este último).

-No me gustan nada las encuestas de "una opción, RT; la otra, fav", ni hashtags estúpidos (véase Justin Bieber y tonterías varias). El tema de las sugerencias me resulta gracioso, a veces aparece ahí gente a la que no seguiría ni aunque me insistieran a diario.


Las encuestas utilizando FAV para una opción y RT para la otra
se han convertido en algo muy común.


-Me parecen bastante molestas las herramientas que tuitean automáticamente, en inglés o en castellano, que "hoy me dejaron de seguir X personas y me siguieron otras tantas". Y similares. Por eso no las uso tampoco. ¿A quién le importa? (a uno mismo o ni eso). No soy partidaria de dedicar el tuit 10.000 (o el 1.000 o cualquier cifra redonda, se entiende), ni de los caracteres invertidos en dar los buenos días, las buenas noches, feliz lunes, #twitteroff y cosas de esas (manías personales).

-Tampoco me gusta el uso que dan a Twitter muchos medios de comunicación. Se limitan a poner un titular y un enlace, no interactúan con nadie, no hacen RT, ignoran correcciones (tengo un ejemplo de hoy mismo del que pasaron olímpicamente por el momento) o apuntes que les hagas, raramente hacen uso de las imágenes o vídeos en el caso de los periódicos... Desaprovechan muchas oportunidades, creo.

-Procuro no abusar tuiteando los posts de este blog ni retuiteando los de la propia cuenta de Palabras a punto. Aunque me temo que a veces no lo consigo...

Aparte de mi cuenta personal, gestiono la de este blog.
Llevé temporalmente otras tres por motivos laborales.


-No me gustan los términos en inglés: "follow", "unfollow" y demás. Escribo "tuit" y no "tweet" desde el principio.

-En Twitter digo lo mismo que diría en la calle. Soy la misma. Las redes sociales no son excusa para nada, nada cambia con respecto a la realidad no virtual. Aquí opiné sobre esto hace tiempo.

-Y para acabar, mi hito tuitero, estrechamente relacionado con este blog y que ya he contado muchas veces porque me hizo muchísima ilusión: el RT de Elvira Lindo a mi post sobre su libro Mejor Manolo, del que se cumple ahora un año. También recuerdo RT's de Ana Pastor (de un texto suyo, si mal no recuerdo) y de La Sexta columna que me dieron unos cuantos seguidores cada uno. El post de Elenita lo retuitearon varios periodistas a los que suelo leer, pero eso ya fue un caso aparte.




Seguro que habrá otras muchas cosas que yo hago y que para otros están mal hechas.. ¿Qué me decís de Twitter y vosotros? Por cierto, nos leemos allí: @miriamvf, @palabrasapunto

8 comentarios:

  1. Yo tuve una cuenta de twitter anterior a la actual hasta el pasado mes de Febrero por una razón muy clara : Una persona que no conocía montó una polémica innecesaria conmigo (da para escribir un libro).
    Vamos,que "locos" hay muchos en la vida diaria,pero en internet tienen más voz de lo habitual.


    Con la actual no he vuelto a tener problemas.Todo como una balsa de aceite.
    Incluso estoy encantado de tener "conversaciones virtuales" con periodistas deportivos y críticos de cine,algo impensable hace unos años.


    Saludos de @Magnetadas

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  2. Pues deberías haber bloqueado a esa cuenta y seguir con la tuya. Yo me llevé un disgusto aquel día (sobre todo por lo desproporcionado del tema, que cualquier persona con dos dedos de frente verá que lo que escribí era de lo más razonable y respetuoso), pero luego ya como si nada, no me volvieron a dar problemas. Lo mejor es pasar de la gente que no interesa, como la vida misma ;)

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  3. Pues yo el Twitter no lo acabo de ver... :)


    Por otro lado, a mí me bloquearon en Facebook e incluso el acceso a una web por decir lo que pensaba con respeto. Uno me dolió bastante, pues era una persona que consideraba ejemplar para la sociedad viguesa. A raíz de estas experiencias me di cuenta de lo peligroso que es internet, donde muchas personas se montan una realidad paralela donde ejercen un autoritarismo asombroso (la mayoría piden democracia y derechos imponiendo sus posturas) y, lo más preocupante, es que consiguen ser muy influyentes. Es algo que realmente me preocupa porque cuando a mí me bloquearon me pasó que lo hicieron sin explicación ni réplica a lo que yo dije y, en otro caso, me atacaron públicamente quitándome la opción de defenderme por culpa del bloqueo... Y quien hizo esto fue una persona que se dedicó a la política en Vigo, lo echaron del partido y hasta entonces no entendía el motivo...

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  4. Hola Miriam.
    Creo que estamos de acuerdo en cómo usar Twitter. Firmaría casi todas tus 'reglas'.
    Me ha hecho gracia dos historias.
    -"La importancia de tu foto en tu perfil". Los que llevamos un tiempo en Tw sabemos de la importancia de la foto (además de muchas otras cosas más) pero los que llegan nuevos y muchas empresas no terminan de entender esa importancia así que no está de más recordárselo. Como puse en mi post mi religión me prohíbe seguir a gente que tenga un huevito como foto. Jeje
    -Que te le moleste que te sigan o te dejen de seguir (como hace El País). Déjales, allá ellos. Tampoco debería molestarte que te dejen de seguir cuando tú los has seguido. Si los sigues es porque te interesa lo que escriben, te sigan a ti o no. Es mi opinión.

    Saludos y muy buen post.

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  5. Me dejas intrigada con quién es esa persona ;) Pero sí, tienes toda la razón. De todas maneras, lo que yo defiendo siempre es que Internet no se inventa nada, que si esa persona no hubiera sido autoritaria o intolerante en sí misma, no lo sería tampoco en las redes sociales (que ahí lo saquen a relucir más fácilmente, sí, de acuerdo). A mí con el tema que comentaba de Fernando Vázquez lo que más me molestó es que me empezaron a cuestionar como periodista, y no di ningún motivo para hacerlo. Gente indeseable, sin más.

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  6. Gracias, Manolo :) No es que me moleste que me dejen de seguir, me "molesta" (no sé si es la palabra tampoco) que sea tan evidente que me siguen única y exclusivamente para que y haga lo mismo. En el caso de El País, más que nada me llama la atención, porque tampoco es el motivo que yo les siga (lo he hecho siempre de manera ininterrumpida), así que es solo que no le encuentro explicación ;)


    Pero sí, tienes toda la razón en que es una tontería perder el tiempo en fijarse en eso. Como bien dices, allá cada cual!


    Un saludo!

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  7. No voy a decir el nombre porque también aprendí a pasar de muchas cosas y es una persona que hace labores solidarias muy importantes y prefiero que se le conozca por eso, aunque ya somos muchos, quizá demasiados, los que conocemos su lados oscuro. Solo te diré que me bloqueó por hablar bien de las humanizaciones promovidas por Caballero. Y así vamos en este país, no puedes decir que te parece bien la acción de quien se considera un oponente político, hasta de Facebook te echan.

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  8. Pues no caigo en a quién te refieres, la verdad, pero no voy a insistir! Jeje. Lo que está claro es que lo que te pasó solo es una muestra más de que la intolerancia está muy extendida, más de lo que pensamos, incluso.

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