Hace un rato estaba mi madre leyendo el periódico (El País) -curiosamente, hoy es su cumpleaños, así que a partir de ahora no me olvidaré de fecha a la que va ligada la historia que voy a contar- y le llamó la atención una esquela cuyo contenido pasó a comentarme. Una esquela singular, reivindicativa y misteriosa, sin duda, como podéis comprobar:
El siguiente paso fue buscar en Twitter, pensando que seguramente alguien más habría comentado algo al respecto. Y así me enteré que la esquela de Elena Lupiáñez Salanova, Elenita -de cuyo fallecimiento se cumplen hoy 19 años- es prácticamente una tradición cada 21 de marzo en el diario El País. Es más, parándome a pensarlo, tengo una ligera idea de haberla visto algún otro año, pero al hacerlo hoy me cogió totalmente por sorpresa. No a otros, que incluso ya la esperaban:
Mañana, como cada 21 de Marzo, en El País saldrá la esquela de "Elenita"? lnkd.in/i-ARYD
— Marta Sanmamed (@MartaSanmamed) 20 de marzo de 2013
La noticia del fallecimiento, recogida por El País en 1994. |
Y, así, investigando, me he enterado de que a Elenita, periodista de El País que murió joven, cada año su viudo José Luis Casaus le cuenta -a ella y a todos los lectores del diario que se detengan en esa página- en pocas palabras, casi a modo de tuit, cómo va el mundo y la vida de sus hijos gemelos, Boris y Yuri. Reproduzco la explicación ofrecida en El blog de Enrique Ortiz (parte del texto es el que aparece en la captura de arriba, de la noticia de la muerte en el medio donde trabajaba):
"Elena Lupiáñez Salanova murió el 21 de marzo de 1994, a los 40 años, de un cáncer de pulmón. Trabajaba en El País y, según este periódico, era: "Mujer inteligente y de una extravagancia sutil, gran amante de los grandes viajes, de humor cáustico y poco espectacular, Lupiáñez era madre de dos hijos gemelos, Boris y Yuri, nombres que recibieron porque ella y su marido, el escritor y portavoz de Izquierda Unida de la zona centro Madrid en el Ayuntamiento de esta ciudad, José Luis Casaus, decidieron concebirlos en Leningrado".
Así pues, una historia de amor interrumpido, pero nunca finalizado, nunca terminado. Cada 21 de marzo, desde hace 15 años, JL Casaus, a través de las esquelas que publica en El País, pone al día a su amada, y madre de sus hijos, de las idas y venidas de la vida, de sus vidas y avatares. Amor, mucho amor, inteligencia y un humor muy fino, irresistible"
Estas son las esquelas cuyas imágenes he podido localizar a través de Internet (de izquierda a derecha, de 2008 a 2012). Pertenecen a las siguientes webs: http://unalbornozllenodenotas.blogspot.com.es/, http://www.fontaneradigital.com/blog/ y http://jabola.wordpress.com/. En uno de ellos, concretamente aquí, se recoge el contenido de otras publicadas anteriormente. (20.45 horas: Añado las imágenes de las correspondientes a 2005, 2006 y 2007 gracias al blog http://elblogderaskolnikov.blogspot.com.es/, extraídas a su vez de http://elcajondepaula.blogspot.com.es/): |
Según entiendo, la autora del tuit que reproducía más arriba ha recogido incluso en un libro esta historia emotiva y curiosa de la que yo también he querido dejar constancia aquí.
Relacionado (23/3/2013):
Historia realmente curiosa. Me ha gustado mucho. Pero no debemos olvidar que la esquela de este año es más que posible que contenga un mensaje críptico sobre el propio ERE de El País, velado, pero que ahí está para quien quiera asociar dicho ERE con la reforma laboral a la que se acogió. Para enterarse de lo que pasa en El País, por cierto, nada como las páginas serias de Mongolia.
ResponderEliminarHola Miriam, yo descubrí esta bella historia casualmente el pasado año a través de la web de Jesús Alonso que citas (Un albornoz lleno de notas). Y desde entonces esperaba con ansiedad que llegara un nuevo 21 de marzo.
ResponderEliminarY yo a partir de ahora también estaré pendiente de que llegue el próximo. Muchas gracias por pasarte y también por comentar! :)
ResponderEliminarPues he de reconocer que no había pensado en eso, en que pudiera ir dirigido al propio diario. Desde luego, lo que le critica se le puede aplicar perfectamente a El País y no es nada descabellado pensar que así sea. Gracias como siempre, Daniel, y en especial por el apunte! :)
ResponderEliminarLo mejor que he leído, visto, oído, en todo el día, una historia preciosa
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado, Bert! Muchísimas gracias por leerla y comentar :) Saludos!
ResponderEliminarHistorias como ésta me hacen recordar lo que tuve de humano. Me hacen recordar mis grandes amores ahora olvidados.
ResponderEliminarUna historia curiosa y entrañable. De las que ya quedan pocas. Aúna pasión, tristeza y esperanza al prolongar de ese modo la comunicación con la mujer amada. De un modo u otro, eso también es literatura.
ResponderEliminarhttp://merosindicios.blogspot.com.es
:)
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte y comentar! Como te he dicho por Twitter, nos leemos! ;)
ResponderEliminarMe alegra que también te haya enamorado la historia de Elenita. Gracias por incluir mi tuit!
ResponderEliminarEra de justicia reflejar que muchos supisteis de esta historia y os hicisteis eco antes que yo! Gracias a ti, Marta, tus tuits me dieron las primeras pistas cuando busqué sobre el tema :)
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