Los arquitectos estudian arquitectura; los médicos, medicina
y los ingenieros, ingeniería; sin excepción. Digo yo. Son algunos ejemplos,
parecen evidencias. Entonces me pregunto, ¿por qué para ejercer de periodista
la carrera parece ser lo de menos? En el mejor de los casos pueden haber
cursado Comunicación Audiovisual o Publicidad –siempre había entendido que no
era lo mismo, en la práctica he comprobado que nada más lejos de la realidad-,
en el peor pueden haber hecho el máster de El País –cuyo anuncio promete convertirte en periodista en un pis pas independientemente de a qué te hayas dedicado antes- o tener un
buen enchufe. Y listo.
Los profesionales del periodismo constituyen un colectivo poco o mal valorado. En la imagen (de http://www.canalsolidario.org/), la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Santiago de Compostela. |
Empezaba este blog hablando de los profesores, un colectivo
socialmente poco (o mal) valorado. Con los periodistas pasa lo mismo. Son
(somos) esos que se creen que saben de todo y al final no tienen ni idea de
nada. Los que estudiaron una carrera fácil que se sacaría cualquiera. También
quienes manipulan y se inventan la mitad de lo que cuentan, gente de la que no
puede uno fiarse. O los futuros colaboradores de Sálvame (en mis tiempos, del
Tomate). Ahora somos también los que nos multiplicamos mientras los puestos de
trabajo desaparecen y algunos los ocupan personas que pasaban por allí.
La propia Universidad de Santiago, que imparte el grado –antes
licenciatura- de Periodismo, convocó este verano plazas de periodistas para el acceso a las cuales el título era un mérito más, no un requisito. A eso le
llamaría yo tirar piedras contra el propio tejado. No digo que no pueda haber buenos periodistas con titulaciones distintas -los hay-, pero deberían ser casos excepcionales que no contribuyan a que se ningunee la carrera de Periodismo. Porque para eso, pues mejor eliminarla.
Y, mientras, sigo teniendo grabadas a fuego las palabras de
Xavier Vidal-Folch cuando dijo en una charla a la que asistí que para ser
periodista era mejor estudiar cualquier otra cosa. Era el verano de 2005, justo
antes de empezar la carrera, ya estaba matriculada. Pena no haberlo sabido
antes, porque se me quedó cara de idiota… Y hasta hoy.
ayyyy cuánta razón!!! pero qué pesimismo...
ResponderEliminares una característica mía casi irremediable, qué te voy a contar! ;)
ResponderEliminar