Un "mal día" no lo tiene cualquiera

Igual es una muestra de ignorancia por mi parte, pero hasta hace un rato no conocía a una productora llamada Riot Cinema Collective. Y, en vista de los motivos que me han llevado a saber de ella, mejor hubiera sido seguir ignorando su existencia.

Resulta -según me entero mediante una noticia publicada en eleconomista.es- que un aspirante a trabajar en dicha empresa, Carlos, envió un mail a la misma, un correo electrónico que a uno de los dueños de la compañía no le pareció adecuadamente planteado -que lo estuviera o no es irrelevante para el caso que nos ocupa-. La respuesta, casi inmediata, fue otro mail donde se humillaba al candidato de una manera cruel e incomprensible con frases como las siguientes:

-"Por separado tenemos sólo* un cuarto de siglo cada uno y nos ofende ligeramente que nos consideres tan mayores -como para tratarles de usted".

     *Siguiendo su ejemplo de prepotencia podría decirle  a Nicolás Alcalá que,

 de acuerdo con la última modificación de la RAE, el adverbio 

solo ha dejado de llevar acento gráfico, ya que el tema también
le preocupa, como queda patente en la siguiente frase extraída de su texto:

-""Vítae" lleva acento".

-"Si ni tan siquiera eres capaz de personalizar 300 mails con currículum que habrás enviado, ¿crees que podremos confiar en ti para tareas más complejas?".

-"No hemos leído tu CV, pero como tú tampoco nuestra web ni lo que hacemos; lo mismo surgen cosas divertidas como que te hayas confundido y en realidad seas pescadero".

Mail del candidato (sobre estas líneas) y respuesta recibida (debajo). Según
 Periodista Digital, la respuesta "se hizo pública" en el blog de Riot Cinema
 Colletive. El medio que dirige Alfonso Rojo titula la noticia aludiendo
a que se trata de una "empresa progre", algo que creo que no viene al caso
y que no considero relevante, aunque ese ya sería otro asunto.
Imágenes: eleconomista.es

El responsable de tal despropósito, Nicolás Alcalá, ha pedido disculpas y se ha escudado en que tuvo un mal día, admitiendo que, como es obvio, eso no sirve de justificación. Y tanto que no. En mi humilde opinión, lo que revela este comportamiento es un problema de base: falta de educación y de madurez en primer lugar; también de profesionalidad, por descontado; una dosis enorme de prepotencia y, por último, otra no menor de insensibilidad ante el drama del desempleo (que para eso él es un chaval que no pasa del cuarto de siglo y tiene empresa propia con sus socios).

Un mal día puede sacar lo peor de la persona, pero, como decía, creo que tiene que haber una base determinada para llegar hasta aquí. Me niego a justificarlo con el típico "le puede pasar a cualquiera". Y como no se le desea mal a nadie, espero que este jovenzuelo (vuelvo a recalcar su juventud, dado la importancia que para él tiene este aspecto) no se vea nunca en situación de tener que pedir trabajo y mucho menos que se tenga que encontrar al otro lado a alguien como él.