Esta mañana me enteré de la noticia de que El Gran Wyoming había sufrido una indisposición antes de una actuación prevista en el Festival Fenrerock en Ferrol y se encontraba hospitalizado. Probablemente, no me hubiera causado la misma impresión si se tratara de otra persona a la que no admirase o con cuyas ideas estuviese radicalmente en desacuerdo, pero creo estar segura de que tampoco me habrían pasado por la cabeza cosas como estas (comentarios a la noticia hechos en Fórmula TV, Facebook, Menéame y Twitter):
Son comentarios vertidos antes de saberse lo que le ocurría realmente al presentador de El Intermedio -finalmente ha trascendido que se trataba de una indisposición estomacal sin importancia-, pues inicialmente se disponía de muy poca información y el medio que dio la exclusiva, La Voz de Galicia, atribuyó el ingreso a "una crisis" sin especificar nada más.
Lo que resumen todos estos comentarios que recojo (y muchos más que podía haber incluido) es la intolerancia a las ideas ajenas. Porque el único mal que ha hecho Wyoming -al menos de forma pública, claro- es defender unas ideas determinadas y presentar un programa de humor donde, además, se limita a interpretar unos guiones de los que ni siquiera es autor, como ha dicho en más de una ocasión,.
Wyoming, con el equipo de El Intermedio (de izquierda a derecha, Dani Mateo; Gonzo; el propio José Miguel Monzón, Wyoming; Sandra Sabatés, Thais Villas y Usun Yoon), espacio que presenta en LaSexta desde el estreno del canal en 2006. Foto: Fórmula TV. |
Y no digo que no hubiera ocurrido a la inversa si ingresaran a Herman Tertsch -que en su día responsabilizó a Wyoming de una paliza que le fue propinada, demostrándose posteriormente que nada tenía que ver con aquel episodio- o a Jiménez Losantos, pero no por eso deja de parecerme triste y preocupante, al contrario. También sé que no es nada nuevo, toda esta intolerancia radical; aún así, sigue sin caberme en la cabeza.
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