Cinco millones y una más

Hoy me apunté al paro. No es la primera vez que soy "demandante de trabajo" -que, claro está, queda mucho más bonito de decir que "parada"-, pero por irlo dejando las veces anteriores e ir encontrando otras cosillas relativamente pronto -cruzo los dedos-, sí la primera que me anoto.

Y allí me fui a la misma oficina de Sanjurjo Badía donde -imposible no recordarlo- busqué testimonios de desempleados en la cola para un reportaje en el verano de 2009, ya consciente de que más pronto que tarde me pondría a la fila yo también. Entonces no había entrado, y al hacerlo hoy no me sorprendió lo llena que estaba, que era de suponer, pero sí lo enorme que es.

Imagen de una oficina de empleo en Madrid (fuente: elmundo.es).

Después de coger número y esperar mi turno, el señor que me atendió me despachó en cinco minutos. "¿Estudios?", "Periodismo", "Vale, entonces demandas empleo, ¿de 'xornalista'?" . Y tras este diálogo de besugos, más un par de preguntas sobre mis datos y si tengo carnet de conducir, me entregó un papel con las fechas en que tengo que sellar o cómo se diga. "Eso se puede hacer por Internet, ¿no?", pregunté yo, ya que me sonaba haber oído algo al respecto. "Bueno, puedes arriesgarte, pero no te lo recomiendo. No suele funcionar". Perfecto. Más todavía cuando, ya en casa, vi con calma en el papel mis fechas para ir a sellar, allí todas indicadas hasta julio del 2013. Y ya somos cinco millones (y pico) y una más. Esperanzador.