Hoy en el Telediario nos enseñaban a la "estrella" del Mirandés. Una "estrella", Pablo Infante, que compagina el fútbol con su trabajo en un banco, en un pueblo volcado con el partido que, finalmente, ha permitido a su equipo cumplir el sueño de alcanzar las semifinales de la Copa del Rey a costa del Espanyol. Esta, y también las anteriores salvo contadas excepciones como la que nos ocupa, es una ronda normalmente reservada para equipos de primera división con "estrellas" de otro tipo, sin punto de comparación en lo que se refiere a sueldos, pero seguramente tampoco en ilusión, en cada caso con la balanza inclinada hacia un lado distinto.
Pablo Infante, la estrella del Mirandés. |
Hace un par de años ya vivimos el "alcorconazo", como se conoce a la eliminación del Real Madrid a manos del que, como hoy el Mirandés, era un conjunto de la 2ªdivisión B del fútbol español -aunque aquel enfrentamiento se produjo en una ronda anterior, y el Mirandés es ya el segundo equipo de su categoría en la historia de la competición que llega a semis, tras el Figueres, que lo logró en 2002-. Son cosas que suceden pocas veces y que sus protagonistas -y no sólo ellos- recordarán siempre. Como los celtistas recordamos que una vez jugamos la Champions y algunas más hicimos historia en Europa. Y soñamos con que se vuelva a repetir y con que las mieles del éxito no las saboreen siempre los mismos.
Todo esto puede sonar romántico, cursi, pero, ¿quién no se alegra por ese pueblo revolucionado con su humilde equipo, militante de una división donde muchos clubes están teniendo incluso que renunciar a presentarse a sus encuentros? Hoy el Mirandés sigue siendo pequeño pero, a la vez, grande. Y será flor de un día, pero la hazaña épica de hoy -y del camino hasta llegar aquí- ya no se la quita nadie.
Y, además, el Espanyol fue el equipo que dejó fuera de la Copa al Celta este año. Tenía que decirlo...
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