Borrones borrados

A veces, cuando veo a la reina de las mañanas Ana Rosa Quintana, me acuerdo de que un día fue acusada de plagio -admitido por ella- en su primer y único libro. Y me da la impresión de que soy la única que no lo ha olvidado. Empezando por ella, de eso va este post: famosos que protagonizaron escándalos luego silenciados, que parece que ya nadie recuerda, que se les han perdonado, que no les hicieron perder prestigio o a los que ya nunca se hace alusión. En algunos casos, es incluso justo que haya sido así. Como siempre, mezclo cosas de diferente gravedad y que no son comparables. Y doy mi opinión (subjetiva, por supuesto), partiendo de que todo el mundo tiene derecho a equivocarse, rectificar y seguir con su vida. Solo que me llama la atención lo sencillo que resulta para algunos:

Ana Botella acompañó a Ana Rosa Quintana (simpatizante
confesa del PP, aunque no hace falta que lo diga) en la presentación
de su libro plagiado, Sabor a hiel, en el año 2000.

• Ana Rosa Quintana y sus "colaboradores". Su Sabor a hiel resultó ser un plagio. Se descubrió, se admitió, se retiró el libro y se armó un buen revuelo en su día, eso es cierto. Pero más de diez años después, no se habla de ello, parece como si nunca hubiera ocurrido y AR es para muchos una profesional reputada. Una profesional que reconoció el plagio pero acusó a un "colaborador". Yo, ilusa, creía que la autoría de una novela firmada por una única persona no era compartida

• Ostos, maltratador intermitente. La mujer del matador Jaime Ostos llegó a denunciarle por maltrato, pero a día de hoy, siguen juntos y gozan del respeto de la prensa, como "maestro" y "doctora", respectivamente, como si siempre hubieran sido un matrimonio modélico. Cuando, una de dos, o él es un maltratador, o ella es una mentirosa.

• María Escario y el racismo manifiesto. No tenía nada en contra de la periodista María Escario, pero mi percepción sobre ella cambió irremediablemente cuando hizo el comentario que hizo sobre los ecuatorianos y el dinero en los bolsillos en la celebración del triunfo de España en la Eurocopa de 2008. Me parece tan grave -en absoluto un error de esos que comete cualquiera- que me extraña que no tuviera ningún tipo de consecuencia y que, aparentemente, nadie lo recuerde, que no haya hecho mella en su imagen.

• Contador y el famoso  bistec. No domino en absoluto el caso y siempre he querido creerme a Contador sin saber si en realidad es verosímil su versión de los hechos. Pero aquel positivo por clembuterol existió y parece como si no hubiera sido así. 

• Las equivocaciones del Rey. Un "lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir" fue suficiente para borrar de un plumazo un episodio que, obviamente, todos recordamos y que nunca vamos a olvidar. Pero no tuvo mayores consecuencias a efectos prácticos la cacería del Rey en Botsuana. Sigue ahí y es una de esas personas a las que hay ya no que respetar, sino que rendir pleitesía haga lo que haga. Y aunque no lo merezca.

Aunque anterior en el tiempo, esta imagen trascendió cuando
se supo que el Rey se había roto la cadera durante una estancia
de caza en Botsuana. Y dio la vuelta al mundo.

• El Cordobés. No digo nada nuevo si comento que para mí ningún torero merece ser tratado como una excelencia, es más, lo merecen menos que cualquier persona de a pie. Y menos todavía si tienes un hijo al que nunca has reconocido y al que menosprecias cuanto puedes. Si Manuel Díaz y Manuel Benítez no son realmente familia, su parecido físico es un misterio de la naturaleza.

• La irresponsabilidad de Farruquito. El arte no está reñido con la imprudencia y la irresponsabilidad, y el bailaor ha hecho gala de ambos. Cierto es que era joven, que cumplió condena por el atropello mortal a un peatón del que trató de culpar a su hermano, y que suponemos que aprendió la lección. No ha vuelto a dar que hablar y seguramente sea uno de los casos en que más justo resulta que no se haya vuelto a airear en exceso el incidente que protagonizó.

• Clinton y la becaria. Seguro que a nadie que tuviera uso de razón en aquel momento se le ha olvidado el escándalo protagonizado por el entonces presidente de los Estados Unidos y su secretaria, Monica Lewinsky, con la que mantuvo una relación extramatrimonial de la que trascendieron detalles escabrosos. De hecho, fue el ADN el que demostró que era cierto, pues Clinton lo negó públicamente mientras pudo.

El escándalo protagonizado por Bill Clinton
y Monica Lewinsky salió a la luz en 1998.

• Berlusconi o cuando todo vale. Escándalos de todos los colores (mención especial para los sexuales, claro) no han impedido a Silvio seguir siendo Il cavaliere y volver a recuperar el poder después de haberlo perdido. Ahora su carrera política parece acabada, pero quién sabe.

• La reconversión de Chano Rodríguez. El meritorio nadador paralímpico afincado en Vigo fue indultado en el 2007. Quedó parapléjico tras una huelga de hambre cuando cumplía condena por un asesinato durante su época como activista de los GRAPO. Es un asunto delicado, así que me limito a relatar los hechos.

• Fotos para todos los gustos del Príncipe Harry de Inglaterra. La realeza es lo que tiene, que hay que estar a sus pies y hacerles reverencias por su sangre, independientemente de su conducta. Las locuras de juventud del príncipe Harry de Inglaterra seguramente son, hasta cierto punto, normales. Lástima que su vida y sus privilegios disten tanto de la normalidad del común de los mortales.

El Príncipe Harry de Inglaterra fue especialista
en coleccionar escándalos durante una época de su vida.

• Lydia Lozano e Ylenia. Fue muy sonada la supuesta investigación de la supuesta (valga la redundancia) periodista Lydia Lozano sobre la hija de Romina Power y Albano. No recuerdo mucho el tema, pero sé que allá por el año 2005 mantuvo durante largo tiempo que la joven estaba viva. Ha dicho que la engañaron y qué sé yo. Lo cierto es que sigue en televisión y haciendo lo mismo que antes.

• El pasado de Letizia Ortiz. Muy veladamente, han llegado rumores relativos al pasado de la Princesa de Asturias, desde que era republicana hasta que dejó a otro periodista -David Tejera- por el Príncipe, pasando por que se sometió a un aborto. Nada de esto es delito ni atenta contra otras personas (si acaso, la infidelidad a la pareja), pero ciertos problemas de coherencia sí podría haber. Y si no estuviéramos hablando de la Familia Real, se hubiera ahondado más en estos temas, qué duda cabe.

Y hasta aquí. He tenido que hacer mucha memoria y buscar, pero seguro que han quedado casos en el tintero que también encajarían en este listado. Iré añadiendo.