Hoy era el día en que el Real Club Celta de Vigo regresaba a la máxima categoría del fútbol español cinco años después. El primer partido oficial tras el ansiado ascenso certificado en junio. Iba a ser, por ese motivo, una jornada especial independientemente del resultado -derrota, en este caso- y lo fue; más de lo previsto, incluso. Una entrada más que aceptable en Balaídos y una afición que no dejó de apoyar al conjunto celeste -que hizo méritos para que así fuese en un encuentro igualado que se decantó del lado visitante a falta de cinco minutos- incluso tras el pitido final, cuando los tres puntos ya habían viajado hasta Málaga. Por eso hoy no hay motivo para dejar de seguir soñando. Al menos, de momento...
El Celta homenajeó durante el descanso a los olímpicos gallegos.
Estuvieron presentes David Cal, Támara Echegoyen y Teresa Portela,
más el hermano de Begoña Fernández y el entrenador de
Un total de 16.360 personas acudieron a Balaídos. El club ha batido su récord de abonados en la presente campaña, con 22.500. |
El estadio ha sido objeto de un lavado de cara que incluye la supresión
del foso, que ha sido cubierto. Una nueva imagen que muchos descubrieron
hoy, pese a que ya se pudo apreciar el pasado domingo en el amistoso
frente al Wigan Athletic inglés.
La afición animó ovacionó a los jugadores tras el
final del choque y no dejó de animar en ningún momento.
Un ambiente muy diferente al vivido durante muchos de los partidos
de las últimas cinco temporadas en Segunda.
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