Vuelvo por aquí, igual que en la entrada anterior, para hablar una tema -una persona en este caso- al que he dedicado muchas líneas en este blog, por lo que se me hace difícil ahora quedarme callada. Porque no todo iban a ser posts de victorias -que muchos me ha dado ya-. Rafa Nadal es actualidad por su mal momento deportivo, que se prolonga en el tiempo y del que ya he hablado, y porque una señora que además es exministra ha decidido acusarle públicamente de dopaje.
Me consta que hay mucha gente que piensa que Nadal se dopa. Conocí a un italiano cuando estaba de Erasmus que estaba convencido de ello. Defendía que sus brazos eran el doble cuando llegaba a Roland Garros que durante el resto de la temporada. Y los Guiñoles franceses también lo dejaron entrever. Miente, que algo queda. Porque yo creo que mienten, y que algo ha quedado parece bastante claro.
Dicho esto, si Nadal se dopa se me caería un mito, pero me encantaría saberlo cuanto antes. ¿En qué se basa esta señora? ¿Es posible que su tesis sea cierta y que nunca vayamos a saberlo? No quiero ser la ciega que no quiere ver, pero sinceramente me cuesta creer que los éxitos de Nadal respondan a que se ha dopado. Y si lo ha hecho, que lo demuestren, cuanto antes. ¿Para qué esperar y sembrar dudas?
Rafa ha anunciado que tomará acciones legales. Seguramente nunca se demuestre que el manacorí se ha dopado simplemente porque no lo ha hecho -así lo creo, insisto-. Pero esta señora no tenía ningún derecho a alimentar las habladurías a no ser que pueda probarlo.
Rafa ha anunciado que tomará acciones legales. Seguramente nunca se demuestre que el manacorí se ha dopado simplemente porque no lo ha hecho -así lo creo, insisto-. Pero esta señora no tenía ningún derecho a alimentar las habladurías a no ser que pueda probarlo.
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