Me costó creerlo cuando supe que la presidenta de la Diputación de León había muerto asesinada. Sin saber en principio nada más que ese titular, fue como volver a los tiempos en que el terrorismo de ETA se cobraba vidas con relativa frecuencia. Me quedé horrorizada. No tenía mucha idea de quién era Isabel Carrasco, para ser sincera, pero ninguna de las referencias que leí después y en las que no voy a entrar ahora cambian las cosas. Nada justifica un asesinato. Nada. Nunca. Y lo encuentro tan obvio que hasta no sé qué me da escribirlo.
La verdad es que no he leído ningún comentario que celebrara este crimen ni que lo justificara. Sí he leído otros que aseguraban existían este tipo de pensamientos y me he quedado ahí, porque de haberlos me parece mejor obviarlos y no hacerme mala sangre con ellos. Provendrán seguramente de mentes enfermas y/o irracionales como la de la autora (o autoras) de la muerte.
Se ha especulado sobre que todo tiene que ver con un despido que se produjo hace varios años y una compensación económica que la supuesta asesina reclamaba. Se puede hablar (a priori, sin conocer detalles exactos) de desesperación, incidir en la situación social. Eso puede ser el móvil, sí, pero no puede ser un pretexto. Por eso, en el fondo, casi es lo de menos.
Ahora bien, no me parece mucho menos acertado querer justificar ese hecho que relacionarlo con los escraches y otras protestas que la ciudadanía ha llevado a cabo en los últimos años de manera pacífica y diría que legítima. Es querer tergiversar y mezclar aspectos que no tienen nada que ver, criminalizar actos o actitudes que no lo merecen, de modo que no me parece justo. Por no hablar de que alguna que otra teoría se ha venido abajo al conocerse que las detenidas compartían la ideología de la víctima (militaban en el PP). Lo radical y polarizada que se ha mostrado la sociedad -como casi siempre- ante un asunto como este en el que creo que debería haber consenso total es un motivo más de preocupación que tampoco quiero pasar por alto.
Siempre que se habla de crímenes y temas psiquiátricos me cuesta entender aquello de que hay mentes enfermas que perpetran ese tipo de actos y que hay otras que no lo están, porque saben distinguir el bien del mal. Desde mi completa ignorancia, pienso que quien mata siempre está enfermo. O si no es así, será que vino defectuoso de fábrica, por así decirlo. Con los que lo justifican pasa un poco lo mismo. Aunque no deben confundirse con los que hablan sin pensar y luego se arrepienten, que imagino que será el caso de la concejala socialista de un ayuntamiento gallego que comentó en Facebook que "quien siembra vientos recoge tempestades" y -qué menos- ha dimitido.
Me reitero en que nunca un asesinato está justificado. Aunque esto también me ha llevado a pensar -aunque no tenga nada que ver con este asunto ni sea aplicable, ojo- que quienes defienden la pena de muerte no estarán de acuerdo con la idea básica de la que parte este texto.
La noticia del asesinato de Isabel Carrasco se conocía alrededor de las 18.00 horas. Mi primera reacción fue de incredulidad. |
La verdad es que no he leído ningún comentario que celebrara este crimen ni que lo justificara. Sí he leído otros que aseguraban existían este tipo de pensamientos y me he quedado ahí, porque de haberlos me parece mejor obviarlos y no hacerme mala sangre con ellos. Provendrán seguramente de mentes enfermas y/o irracionales como la de la autora (o autoras) de la muerte.
Se ha especulado sobre que todo tiene que ver con un despido que se produjo hace varios años y una compensación económica que la supuesta asesina reclamaba. Se puede hablar (a priori, sin conocer detalles exactos) de desesperación, incidir en la situación social. Eso puede ser el móvil, sí, pero no puede ser un pretexto. Por eso, en el fondo, casi es lo de menos.
El crimen se produjo en plena calle. |
Ahora bien, no me parece mucho menos acertado querer justificar ese hecho que relacionarlo con los escraches y otras protestas que la ciudadanía ha llevado a cabo en los últimos años de manera pacífica y diría que legítima. Es querer tergiversar y mezclar aspectos que no tienen nada que ver, criminalizar actos o actitudes que no lo merecen, de modo que no me parece justo. Por no hablar de que alguna que otra teoría se ha venido abajo al conocerse que las detenidas compartían la ideología de la víctima (militaban en el PP). Lo radical y polarizada que se ha mostrado la sociedad -como casi siempre- ante un asunto como este en el que creo que debería haber consenso total es un motivo más de preocupación que tampoco quiero pasar por alto.
Siempre que se habla de crímenes y temas psiquiátricos me cuesta entender aquello de que hay mentes enfermas que perpetran ese tipo de actos y que hay otras que no lo están, porque saben distinguir el bien del mal. Desde mi completa ignorancia, pienso que quien mata siempre está enfermo. O si no es así, será que vino defectuoso de fábrica, por así decirlo. Con los que lo justifican pasa un poco lo mismo. Aunque no deben confundirse con los que hablan sin pensar y luego se arrepienten, que imagino que será el caso de la concejala socialista de un ayuntamiento gallego que comentó en Facebook que "quien siembra vientos recoge tempestades" y -qué menos- ha dimitido.
Me reitero en que nunca un asesinato está justificado. Aunque esto también me ha llevado a pensar -aunque no tenga nada que ver con este asunto ni sea aplicable, ojo- que quienes defienden la pena de muerte no estarán de acuerdo con la idea básica de la que parte este texto.
Anoche en facebook leí un comentario horripilante al hilo de esto que comentas y pensé eso mismo:
ResponderEliminarEsta chica no ha pensado antes de escribir esta barbaridad.... pero aún no se ha retractado. Terrible. Vergonzoso.
Hay gente que no sé qué tiene en la cabeza... Terrible y vergonzoso, como tú dices, y añadiría que también bastante triste.
ResponderEliminar¡Un beso, Marta!
Esta noticia me dejo muy sorprendido y consternado ademas de algo preocupado, en que clase de país estamos pensé.
ResponderEliminarAl principio pensé que era un atentado de la ultra izquierda pero luego cuando dijeron las noticias lo de la madre y la hija me quede atónito, no puedo entender como a alguien con un futuro prometedor (en el caso de la hija) se le puede ir tanto la olla.
De todas formas un crimen no tiene justificación posible.
Mucha gente se lanzó a señalar a la izquierda radical y luego tuvo que recular. Lo que no puede ser que un crimen sea más o menos grave en función de quien lo cometa. Como dices y como decía yo en el texto, no hay justificación posible, con independencia de cualquier factor que influya. O así lo veo yo ;)
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