sábado, 3 de agosto de 2013

La humanidad de Angrois y la vida que ya no existe

Este post es para compartir alguna opinión en relación con el accidente de tren de Santiago que en un principio me iba a guardar para mí, por ser consciente de que seguramente no era demasiado políticamente correcta. Pero ha sido la carta de un vecino de Angrois publicada hoy en La Voz de Galicia la que me ha animado a volver otra vez sobre un tema que ya traté hace unos días pero para centrarme en otros aspectos diferentes. Lo haré partiendo de algunas frases de esta persona que no se identifica:


"En la pequeña aldea de Angrois hay muchos ancianos. Cuando alguno tropieza y cae al suelo corremos a levantarlo. Es una reacción espontánea, humana. Eso hicimos la noche del 24 de julio".
"El Ayuntamiento se reúne en pleno, nos concede la medalla de oro de Santiago. Un malagueño recoge firmas para nominarlos al príncipe de Asturias. Viene el alcalde, nos comunica el premio. «Gracias, pero no queremos nada» "


Los vecinos de Angrois ayudan tras el accidente de tren de Santiago
Foto de los vecinos con la que La Voz de Galicia
ilustra la carta publicada en el periódico.
 "Otro telefonazo, viene el ministro del Interior «¿y qué pintamos nosotros con él?» ". 
"Funeral por las víctimas en la catedral, con tres horas de antelación la Xunta nos ofrece autobuses. Corremos para avisar a todos. Nos colocan los últimos. Don Julián Barrio pregona el descanso y la paz eterna. Eso es lo queremos nosotros también".
 "Más micrófonos, ya invadiendo huertas, casas, ventanas".
"Continúan los sabuesos reporteros grabando, pretendiendo ahora reflejar la vida cotidiana en Angrois. Se les cierran todas las bocas y puertas porque esa vida ya no existe". 


Son solo unas cuantas frases de un texto que dice mucho, muchísimo, y que merece la pena ser leído en su totalidad. Habla, por un lado, del papel de los medios (algo sobre lo que ya escribí aquí), del trato que recibieron, de cómo intentaron ser respetuosos y educados con todo el mundo y no sintieron que se les correspondiera. De modo parecido, con los políticos. "Nos han manipulado, no nos han dejado pensar. Todos se han lavado la cara con nuestras lágrimas", dice. 

También se refiere, y a eso iba con el encabezamiento del post, de cómo se sintieron fuera de lugar y de cómo creyeron no ser merecedores de todos los reconocimientos que se les están concediendo. Me parece muy significativa la comparación entre el anciano que cae y al que levantan y el accidente: reacciones humanas, dice una carta que reivindica, creo yo, la normalidad de estos vecinos y de su actuación (lo cual no les quita mérito, obviamente). Una normalidad que querrían recuperar, pero que ya no existe, como explica en la última de las frases que reproduzco y como he querido reflejar en el título de esta entrada. "Héroes de usar y tirar", he leído en algún sitio; "el operativo de emergencias del 112 para atender a los vecinos se cierra. «Acudid a urgencias». Citas para otoño", leemos en el relato del vecino de Angrois.

En todo esto pensé cuando supe que se pedía para estos vecinos el Príncipe de Asturias de la Concordia. No me opongo a que se lo concedan, ¿a quién podría parecerle mal algo así? Pero creo que forma parte de una santificación quizás exagerada que ahora veo -en las palabras de uno de ellos que puede también que no represente a la totalidad- que estos vecinos no quieren para ellos, y menos a raíz de una tragedia de las dimensiones de esta. Una santificación que va más allá de unos elogios muy merecidos (incido en esto porque no quiero que se me malinterprete), porque seguramente llegaron más lejos de lo que hubiéramos ido muchos (con sus mantas, poniéndose en peligro y soportando escenas dantescas, etc. etc.).

La de la solidaridad, insisto, es una imagen elogiable y que habla bien de un pueblo (como en las donaciones de sangre, que esperemos continúen a partir de ahora...). Pero si tenemos que ensalzarla de tal manera, igual tenemos un problema, o varios. Es más, seguramente los tengamos. La carta y todo lo sucedido son la prueba de ello. 

Relacionado:

2 comentarios:

  1. Cuando leí la carta no pude parar de asentir ante cada palabra y de pensar en todo momento en todo lo que rodeó a las donaciones de sangre. Yo creo que mucha parte de la exageración es para que todos nos sintamos mejor al comprender que no todos los días somos solidarios y humanos.

    ResponderEliminar
  2. Sí, es verdad que en medio de tanta desgracia, los vecinos y las donaciones fueron la parte positiva. Pero se sacó de madre...

    ResponderEliminar