Hace tiempo que no escribo sobre la vida de parada, que incluye, entre otras cosas, estar continuamente pendiente de cualquier oferta o convocatoria de beca que pueda surgir y probar suerte con toda aquella que se te ponga por delante. Muchas las pides sabiendo que las opciones son cero, y en las que tienes una mínima esperanza, el resultado suele ser el mismo.
Así, pedí hace unas semanas una beca de comunicación institucional de la Deputación de Pontevedra. Había visto últimamente otras similares del resto de las diputaciones provinciales gallegas a las que no podía acceder por no estar empadronada en las mismas. En este caso, cumplía ese requisito y creía, ingenua de mí, que también el principal: ser licenciada en "comunicación, publicidad y relaciones públicas, protocolo o diseño gráfico". Sí, incluso diseño gráfico.