¿Por qué decimos...? (III)

Hace un tiempo empecé esta serie propiciada por mi propio uso de una expresión cuyo origen desconocía. Como con aquella, me ocurre con muchas otras que empleo o empleamos de manera bastante cotidiana. Hoy, las explicaciones de unas cuantas más. (Primera parte / segunda parte)

• "Aquí hay gato encerrado". Sin saber de qué iba la cosa, a mí esta expresión siempre me ha evocado un animalillo que maúlla, pero resulta que nada tiene que ver con eso. Este "gato" se refiere en realidad a la bolsa que se utilizaba para guardar el dinero en el Siglo de Oro y que se solía esconder a buen recaudo, bien en la vivienda o bien entre la ropa. Los rateros solían así intentar robar donde creían que "había gato encerrado", tal y como expone Ya está el listo que todo lo sabe.

Foto: sianestesia.com

• "Está que trina". Se recurre a esta expresión para hablar de alguien que está cabreado o indignado. El verbo trinar adquiere así un significado diferente, pues las aves que trinan lo hacen cuando están alegres, el componente común, según se comenta aquí, sería la excitación en ambos casos, los animales en positivo y las personas en negativo.

• "Al agua patos". Lo escuchamos cuando alguien va directo al agua, sin pensarlo. Por eso hay teorías que vinculan esta expresión con el hecho de que las crías de pato se ven obligadas a introducirse en el agua cuando la madre lo hace para no quedarse al margen del grupo familiar.

Foto: pensamientosyopinionesdearturo.blogspot.com

• "Que te den morcilla". Se dirigen estas palabras al interlocutor cuando se quiere zanjar una conversación o discusión en la que e ve claro que no se va a llegar a un acuerdo. Su razón de ser está en la costumbre que había antiguamente de suministrar a los animales que vagaban por las ciudades morcillas con veneno para eliminarlos, ya que se consideraban portadores de enfermedades peligrosas para el ser humano. Aquí se expone.

• "A ojo de buen cubero". Los cuberos eran las personas que fabricaban cubas, tal y como se desprende del propio nombre y al no haber una regulación al respecto, se intentaban estandarizar las medidas, pero a través de cálculos aproximados, sin instrumentos que proporcionaran unas garantías. De ahí que ahora se diga esta expresión cuando alguien hace algo de manera aproximada.

Foto: 20 Minutos.

• "Dorar la píldora". Es una de las más sencillas que incluyo: las píldoras eran pelotillas medicinales que con un sabor amargo cuyos fabricantes, los boticarios, las doraban con sustancias dulces para disimular ese gusto desagradable del que las dotaban los compuestos químicos. Hoy doramos la píldora a alguien cuando queremos "suavizar con artificio y blandura la mala noticia que se le da a alguien o la contrariedad que se le causa", según la RAE.

• "Hablar largo y tendido". Hace referencia a la manera en que los romanos afrontaban las reuniones en las que querían tratar un asunto de forma exhaustiva, pues adoptaban una posición recostada (de ahí el "tendido") y se tomaban las horas que fueran necesarias ("largo").

• "Como Pedro por su casa". Se alude con esta frase a las personas que hacen gala de una gran capacidad de adaptación hasta el punto de que se desenvuelven muy pronto en un entorno nuevo como si llevaran allí toda la vida. La frase es una derivación de "entrar como Pedro por Huesca" y el Pedro protagonista es Pedro I de Aragón, que combatió con los árabes en la península ibérica y conquistó los territorios de Huesca con una gran facilidad, con una victoria contundente y casi sin resistencia.

Pedro Ruiz tuvo un espacio con este nombre.

• "Cada dos por tres". Cuando algo pasa con una frecuencia muy alta decimos que ocurre "cada dos por tres", que se ha convertido ya en una costumbre que no sorprende. "Tiene su origen en las matemáticas. En la vida cotidiana los números se usan habitualmente y las operaciones aritméticas, como sumar, restar, multiplicar y dividir, también. De ahí se creo esta expresión que utiliza números y multiplicaciones para significar que algo se hace habitualmente", se explica en esta web.