Aparte de maniática del idioma -como me declaraba de nuevo en un post reciente- también soy curiosa respecto a él. Por eso preparé hace tiempo una entrada sobre el origen de expresiones que se utilizan en el lenguaje cotidiano y de las que su razón de ser no se deduce de la frase misma. Hoy, la segunda parte (la intención es que haya más).
- "Poner los puntos sobre las íes". La teoría sobre esta dice que en latín era común encontrar dos íes seguidas fácilmente confundibles con una u cuando aún no se utilizaba el punto. Precisamente, dicho punto se instauró para evitar esa confusión, y ese mismo sentido de aclarar o acabar con las dudas que pueda haber respecto a algo es lo que se transmite actualmente cuando se habla de "poner los puntos sobre las íes".
"Poner los puntos sobre las íes". Foto: ideal.es |
- "A la vejez, viruelas". Está es más fácil de intuir que otras, basta con saber que la viruela era una enfermedad propia de la infancia. De ahí que este dicho se emplee cuando algo ocurre a destiempo, en un momento diferente al esperable o natural. Más información.
- "Meterse en camisas de once varas". En la Edad Media era costumbre que cuando se adoptaba a un niño el padre lo introducía en la manga de una camisa amplia -aunque no de once varas, ahí se exagera, de acuerdo con los datos que he encontrado, pues una vara equivalía a 836 milímetros- y lo sacaba por la parte del cuello, simbolizando así un nuevo alumbramiento para la criatura. La frase sugiere que a veces, especialmente cuando los nuevos miembros de la familia estaban ya creciditos, la cosa no salía del todo bien.
- "Cantar las cuarenta". Proviene de los juegos de cartas con la baraja española, algunos de los cuales consisten en sumar cuarenta puntos. Esto llevaba a que los participantes en las partidas solieran amenazarse con "cantar las cuarenta" en alusión a que iban a conseguir la mejor jugada. Actualmente ha derivado en reñir o contradecir a alguien exponiendo la propia postura de modo muy vehemente.
- "De perdidos al río". Tal y como explica el Centro Virtual Cervantes, el significado es "optar por una decisión descabellada" aceptando las consecuencias ante una situación límite. Para encontrar su porqué debemos remontarnos a cuando en las batallas la manera más contundente de vencer al contrario era empujarlo hasta el río, lo cual se solía acabar traduciendo en la rendición.
- "Liarse la manta a la cabeza". Se recurre a ella para hablar de decisiones un tanto irreflexivas, que se toman de manera precipitada y sin meditar suficientemente las consecuencias que pueden provocar. Eso fue lo que hizo el Cid al convocar a sus hombres para una batalla que, aunque ganaron, dejó muchas bajas. Aquí está la explicación completa.
- "Miel sobre hojuelas". Significa que todo sale a pedir de boca, que a una cosa buena le sucede otra mejor, y viene del dulce de Semana Santa (así que viene al pelo -expresión que ya buscaré de dónde procede-) que consta del gusto exquisito de las hojuelas, que mejora si cabe cuando se las cubre con una pizca de miel.
Logo de un programa de la televisión de Castilla La Mancha con el título Miel sobre hojuelas. |
- "Manda huevos". Voy a tratar de resumir la explicación que podéis encontrar al completo en este blog. Al parecer esta expresión con la que se suele expresar entre incredulidad y hartazgo procede de la pasión del monarca Carlos II, El Hechizado, por los huevos. En plena crisis de su monarquía, mandó al marqués de Vélez por España para que tomara nota de medidas que también ellos podían tomar para dar la vuelta a la situación. La correspondencia entre ambos era una constante y el rey, al parecer, siempre le decía al marqués: "Donde quiera que te halles, manda huevos". El receptor, harto de aquel mensaje, acabó por repetir la consigna con enfado, y de ahí lo que denota hoy. Para mí, imposible no recordar a Federico Trillo al oír o utilizar estos términos.
- "El que se pica, ajos come". En la Florencia del siglo XV se solía aplicar dientes de ajo en las zonas de la piel irritadas y así se recogía en un tratado de la época que se tradujo en España como "el que se pica, ajos come". Según se relata aquí, se convirtió en popular entre los estudiantes de Medicina de Salamanca, que "comenzaron a usarla de manera jocosa" con el sentido que se le da hoy.
Logo del blog de cocina bajo el título de Quien se pica, ajos come. |
- "Estar al loro". Bastante pasada de moda ya está expresión, me parece, pero yo desconocía su motivación. Según leo en varias webs distintas, el origen sería carcelario y provendría de la denominación coloquial del transistor como loro. Los presos se pedían unos a otros el aparato para estar al tanto de las noticias y así estaban "al loro".
- "Tomar por el pito del sereno". Esta es bastante intuitiva dentro de lo que cabe. La figura del sereno servía para dar diferentes avisos a través de un pito al que se llegó a hacer caso omiso cuando empezó a dar cuenta de demasiadas cuestiones sin importancia. Ahora, cuando se pasa olímpicamente -sin planearlo me salen solas más frases hechas de las que desconozco sus porqués- de algo, decimos que lo tomamos por el pito del sereno.
- "La ocasión la pintan calva". Me ha parecido muy curiosa la explicación que se recoge aquí. Resulta que Ocasión era una hermosa diosa romana a la que se representaba con cabello por delante, sin él por detrás y con alas en los pies o bien en la espalda. Así se quería simbolizar que después de que la ocasión ha pasado, agarrarla por el pelo por detrás es imposible (es calva), mientras que en un primer momento, de frente, es sencillo retenerla de ese modo pese a esas alas que indican que pasa muy veloz.
La diosa Ocasión, calva por detrás. Foto: Rankia. |
- "Tumbarse a la bartola". Resulta que el 24 de agosto, día de San Bartolomé, finalizaba la cosecha en el campo, lo que se traducía en la llegada de días para el descanso y la fiesta. De ahí que cuando alguien se dedica a holgazanear o, simplemente, a descansar, se diga que se tumba a la bartola.
- "Llevarse el gato al agua". De acuerdo con la revista Muy Interesante, la motivación no está demasiado clara en este caso. Existen dos teorías, pero ambas sitúan el punto de partida en un juego. La primera lo vincula con un divertimento que consistía en meter al gato en el río, algo que no resultaba sencillo al oponer el animal una importante resistencia. La segunda, un poco más complicada, os invito a leerla en el artículo al que me refería.
- "Mandar al quinto pino". La respuesta en este caso tenemos que buscarla en el Madrid del siglo XIX. El paseo más largo de la capital, el Prado, contaba con cinco pinos considerablemente lejanos entre sí, estos eran punto de encuentro, pero quedar en el quinto significaba hacerlo casi en las afueras de la ciudad, y por eso hoy lo seguimos usando para referirnos a algo muy lejano o que queda especialmente a desmano.
La expresión del "quinto pino" también se puede usar en positivo, como demuestra esta foto que he localizado a través de Google. Foto: latiendadeuo.com |
- "Cargar con el sambenito". Recurrimos a este dicho cuando a alguien le toca cargar con una culpa que en realidad no le corresponde. El "sambenito" era en tiempos de la Inquisición un saco de lana con el que se arropaba a los penitentes que lloraban sus culpas y mostraban arrepentimiento. En realidad, era un saco bendito (había sido bendecido por un sacerdote), pero de ahí derivó en San Bendito, y, finalmente, sambenito, como está recogido aquí.
- "Más chulo que un ocho". La línea ocho del tranvía era, al parecer, la más frecuentada por los castizos y chulapos madrileños. Esta anécdota fue la que llevó a acuñar la expresión que dice que alguien es "más chulo que un ocho".
- "No es moco de pavo". Como en tantas otras, la conexión con el origen se ha perdido por completo. En ese caso, proviene de los relojes de bolsillo que se usaban en la España del siglo XVI, que iban provistos de cadenas de poco valor. Los carteristas de la época solían llevarse el reloj y dejar esa cadena, que era el moco de pavo al establecerse una comparación con la membrana que el animal tiene sobre su pico.
El moco del pavo se comparaba con la cadena del reloj. |
- "Tenerlos cuadrados". Ni que decir tiene que el "los" se refiere a los testículos y el atribuirles figuradamente este cambio de forma se entendía como signo de valentía y coraje. Según la teoría más extendida, Julio César es el responsable.
- "Enterarse de lo que vale un peine". Es una de esas en las que, a priori, cuando decimos "peine" pensamos que en su lugar se podría utilizar cualquier otro sustantivo que designe a un objeto, ya que el utensilio para atusarse el cabello no tiene especial valor. Pero resulta que nada tiene que ver con eso. Según expone este post del blog Ya está el listo que todo lo sabe, en realidad este "peine" alude a un par de utensilios de tortura que se conocían así. La expresión tiene, así, relación con el castigo y no con la acción de peinarse.
-Uno de los requisitos para entrar en la legión romana era tener uno o los dos testículos,por lo que así evitaban a mujeres disfrazadas o eunucos.También era importante tener todos los dedos en las manos y por ello excluían a quienes no tenían el índice y/o el pulgar en una de ellas (más de un espabilado se los cortaba para evitar los reclutamientos forzosos.Si se probaba era un delito grave,aunque no he encontrado la pena).
ResponderEliminarAdemás,los testigos hacían los juramentos con una mano en su paquete en el juicio.
http://www.muyhistoria.es/curiosidades/preguntas-respuestas/icomo-se-hacia-juramento-en-la-antigueedad
Es curioso que desconocía el origen de algunas de estas expresiones y sobretodo de algunas que por aquí se usan o se usaban mucho como la del loro o el ocho.
ResponderEliminarLeerlas me devuelve a mi infancia ( cuando se usaban mucho) y me hacen reirme un rato pues me traen recuerdos muy entrañables ;)
Por cierto tienes razón la del ocho se decía mucho por aquí pero la del loro también tenia tela pero tela marinera ;)
¿Y qué me dices de "tela marinera"? Yo no sé de dónde viene, me lo apunto para la próxima :))
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