Hace unas cuantas entradas que no escribo de política. Quizás porque no había nada llamativo que decir más allá de lo de siempre -y que me aburre-. O quizás lo llamativo sea precisamente eso, que nada cambia, todo se repite, nada nuevo.
La prima de riesgo -ese concepto para muchos, entre los qu me encuentro, desconocido hace no tanto- sigue batiendo récords históricos y una se acuerda de que Rajoy no iba a hacer milagros -a veces sí los vendía, pero desde la misma noche electoral, ya dejó claro que la varita mágica que por momentos parecía poseer se la debían de acabar de haber robado mientras sonaba el Saturday Night y otros temazos en la noche del 20-N en Génova-. No iba a hacer milagros, pero iba a generar confianza, que era lo que más falta hacía.
Rajoy, durante la rueda de prensa ofrecida el lunes. |