lunes, 9 de marzo de 2015

'La Razón' maltrata al periodismo

Hace poco hablaba aquí de errores cometidos por periodistas. Unos cuantos míos y otros de profesionales de El País que relatan los suyos en un libro llamado ¡En qué estaría yo pensando! La mayoría de ellos, de los propios y de los ajenos, creo que tienen una causa común: la relajación en alguna de las funciones que se nos presuponen (poner atención a todos los detalles, contrastar bien las informaciones... asegurarse de que nada falla y no dejarse llevar en exceso por las prisas, en definitiva). Detrás de alguno incluso, si me apuran, podría existir cierta dosis de incompetencia. Pero lo que diría que no había en ninguna de esas equivocaciones (ni cometidas por mí, doy fe, ni por comunicadores del diario de Prisa, repito) era una intencionalidad dudosa. Todos hubiéramos subsanado esos errores en caso de habernos dado cuenta de ellos a tiempo.


Titular La Razón Betis Valladolid vergonzoso
"Rubén (Castro) maltrata al Valladolid".


El caso del que hoy me ocupo, sobre estas líneas, es diferente. Cuando uno titula de esa manera no hay despistes ni casualidades que valgan. Ni inconsciencia (o sí, según cómo se mire). Al contrario. Quien pone a su crónica el nombre de "Rubén Castro maltrata al Valladolid" sabe quién es Rubén Castro, es conocedor de las acusaciones que pesan sobre él, de la polémica por unos cánticos que apoyaban su supuesta conducta violenta y seguro que también de la reciente respuesta del futbolista defendiendo -y matizando luego, obligado por las circunstancias- que cada uno dice lo que le da la gana. Quien hace eso frivoliza con el maltrato, se lo toma a cachondeo y hace gala de tal falta de perspectiva que cree que a alguien le va a resultar gracioso. ¿A alguien se lo habrá parecido?




Yo titulo (ni que decir tiene que sin tomarme nada a risa, por supuesto, al contrario) "La Razón maltrata al periodismo". Y también a la sociedad, a todo ciudadano que busque una información digna, decente, honesta aun con errores de otra índole. Si no fuera porque se me hacía demasiado largo, hubiera introducido un "por enésima vez". Porque lo peor es que no me atrevo a valorar si esto es está por encima o por debajo o si produce más o menos vergüenza que otras supuestas informaciones que han visto la luz en este diario que se caracteriza, también, por sus portadas esperpénticas empeñadas en dejar claro un descorazonador desconocimiento de lo que significa la palabra respeto y una tendencia inusitada al mal gusto.


Otra cita reciente del artista. Son las últimas líneas de este artículo.


Llegué a plantearme si sería un fake, porque por mucho que por una parte piense que nada viniendo de este medio puede sorprenderme a estas alturas, no es cierto. Y, como siempre digo en estos casos, lo peor de un montaje terrorífico es que pase por real. En este caso, además, lo era. Cuánto se echa de menos a Caiga Quien Caiga en general y al Curso de ética periodística de Juanjo de la Iglesia en particular...

Me gustaría oír una explicación por parte del autor de semejante barbaridad, Lucas Haurie. Qué pretendía. Qué se le pasó por la cabeza. No se me ocurre ninguna respuesta que me pudiera llegar a parecer mínimamente convincente. Si alguien la tiene, adelante.