sábado, 28 de marzo de 2015

Sin respuestas

Es la noticia de la semana sin ninguna duda, así que he pensado que lo justo era dedicarle un post más allá del habitual resumen de cada siete días. Hablo del ¿accidente? (a estas alturas no sé si se le puede llamar así) de avión del pasado martes, cuando una aeronave de la compañía alemana Germanwings que completaba el trayecto entre Barcelona y Dusseldorf se estrelló en los Alpes.


Alpes, copiloto Andreas Lubitz, Barcelona, Dusseldorf
Portadas de prensa del día después de la tragedia, el pasado miércoles.
Imagen: @mendezAndreaA


En un primer momento -cuando no se conocían todavía prácticamente detalles- no se fue mucho más allá de la hipótesis del simple accidente, aunque con la sombra del terrorismo sobrevolando. Poco después se empezó a apuntar directamente al copiloto de la aeronave, Andreas Lubitz, que se había quedado solo en cabina y había estrellado el avión deliberadamente. Sonó entonces el término "suicidio", pero, ¿se puede hablar de eso cuando aparte de tu vida te llevas por delante las de otras 150 personas?

Sea como sea, el suceso es terrible e injustificable. Ahora nos cuentan que tenía problemas de visión que le podían costar su carrera y que se suman a los psiquiátricos que también presentaba. Resulta que ocultó una baja médica y que, según una expareja suya, había dicho algo así como que todo el mundo iba a conocer su nombre. Me parece inútil preguntarse por qué, ya que nunca vamos a encontrar una respuesta lógica o convincente. Está visto que cuando una mente está enferma no sirve de nada intentar entender. ¿Por qué no se suicidó en su casa o en cualquier circunstancia que no implicara segar la vida de tantas otras personas? ¿Quería que su nombre se conociera como el de un asesino? ¿Nadie cercano fue consciente de que la situación que vivía le podía llevar a hacer algo así? Quién sabe.



Monumento a las víctimas en el lugar del suceso.


Es curioso cómo en las primeras horas tras el siniestro se hablaba de que estábamos ante una compañía de bajo coste, queriendo relacionar la manera de operar que tienen con al accidente que ha resultado no serlo. Y hay algo que he oído estos días con lo que no estoy de acuerdo: "Por si tuvieran poco los familiares, ahora hay que explicarles que el copiloto lo hizo adrede". ¿Qué más da eso? Desde mi punto de vista, han perdido a un ser querido y Lubitz es un accidente que se ha cruzado en sus vidas, lo mismo que si hubiera fallado el motor del avión. No creo que el dolor sea mayor o menor, lo único que veo que cambia es que tendrán a alguien en quien centralizar sus iras.

Y hablando de este tema no se puede obviar el papel de la prensa y su falta de sensibilidad, una vez más. No es que haya seguido la cobertura con mucho detalle, pero sí he visto cámaras corriendo detrás de las víctimas (los familiares de los fallecidos también son víctimas en sí mismos, al fin y al cabo) e imágenes de dolor innecesarias. Lo de hurgar en los perfiles de redes sociales de los fallecidos y publicar las fotos también me genera dudas, como las especulaciones antes de que las autoridades confirmen los datos.

Para terminar, incluyo el pésame de Lufthansa (compañía a la que pertnece German Wings) en la prensa de ayer y el mensaje del piloto que hizo el mismo trayecto al día siguiente a su pasaje. Descansen en paz las víctimas.


Andreas Lubitz, mensaje de la compañía a las víctimas
Lufthansa, compañía de la que es filial Germanwings,
publicó ayer este pésame en varios diarios nacionales.
(Foto propia del diario El País).



Mensaje del comandante, germanwings, barcelona, dusseldord, andreas lubitz
Este era el mensaje original en alemán. La autora ha publicado posteriormene
un mensaje donde se disculpa por no aceptar las solicitudes de amistadque ha recibido tras hacerse viral su post, pues su perfil es privado.
Al mismo tiempo, el mensaje original ya no está disponible
o, al menos, yo no puedo verlo.

2 comentarios:

  1. Tienes razón en considerar lo del piloto como un accidente que se cruzó en la vida de los pasajeros como podría haber sido un atentado o un motor averiado. Creo que lo más interesante de esta noticia, al margen del horror y del sensacionalismo con que algunos medios lo han tratado, es que deja patente como cuando volamos (aunque es extensible a nuestra vida en general) estamos en manos de otras personas: no importa tener los medios más modernos (en este caso un avion muy avanzado), ni las medidas de seguridad más completas. Un piloto desequilibrado o un par de fanáticos en las calles de París o en Kenia pueden acabar con nuestra vida sin que podamos anticiparlo ni por tanto evitarlo. La conclusión que yo saco es que por mucho que hagamos siempre habrá una parcela de nuestras vidas que no depende de nosotros, y eso no tiene solución. Espero que los familiares puedan encontrar consuelo sin necesidad de entender hasta el último detalle. Nunca lo sabremos.

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  2. Sí, está claro que por mucho control que queramos o creamos tener, dependemos de otros factores (incluidas personas) mucho más allá de lo que pensamos. Y, es más, creo que tampoco es bueno pensarlo mucho, porque no ganas más que agobiarte, supongo :S

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