Muchas veces se dice eso de que la mente humana es muy complicada y de que nos cuesta entendernos entre nosotros. Me refiero al día a día, a situaciones cotidianas que, al final, no suelen tener siquiera especial relevancia. Pero luego hay casos como el de la niña asesinada hace casi una semana en Santiago, Asunta Basterra Porto, que van mucho más allá, en los que por más explicación (que no justificación, algo que ni se puede contemplar) que busques, se antoja completamente imposible hallarla.
Asunta Basterra, en el inicio del curso en el instituto Rosalía de Castro de Santiago donde estudiaba, muy pocos días antes de que acabasen con su vida. Foto: La Voz de Galicia. |