miércoles, 4 de febrero de 2015

Ni el remedio ni la enfermedad

La noticia de última hora en el momento de escribir estas líneas es que Tania Sánchez ha anunciado que abandona Izquierda Unida para fundar un nuevo partido. Las bromas sobre el nombre del partido y la situación que vive resultan casi inevitable dadas las circunstancias. Además, sin ánimo de meterme en la vida privada de nadie, también está el hecho de que Sánchez sea la compañera del líder del partido que parece estar llamado a revolucionar el escenario político del país, Podemos, Pablo Iglesias (o la circunstancia de que Iglesias sea el compañero de Sánchez). Un partido de creación también relativamente reciente y en el que muchos colocaban a la hasta ahora miembro de IU -bajo sospecha por diferentes irregularidades, recordemos-, pero que por ahora parece que no es su destino.





Precisamente, hoy hemos sabido que Podemos -que hizo una gran demostración de fuerza con su multitudinaria marcha por el cambio el pasado fin de semana- se convertiría ya en la segunda fuerza política, tras el PP y adelantando (¿por la izquierda?) al PSOE. Y eso que el sondeo del CIS que ha arrojado estos datos se hizo antes del pacto PP-PSOE por el que a Pedro Sánchez le han llovido críticas por todos los lados. Y es no es nuevo para el líder socialista, que además parece ser que bloquea (quien dice él, dice su equipo) en Twitter a todo aquel que le cuestiona. Hoy ha sido TT #NoOlvidamosPPSOE






Ese es el panorama que tenemos: gobernantes que contentan a muy pocos, pero cuyo nefasto papel lo maquillan los despropósitos de alternativas políticas que no acaban de serlo y proyectos de nuevos partidos como el que anuncia Sánchez que no sabemos qué nos van a proponer de diferente o si van a servir de algo. Incógnitas como, al menos para mí, lo es también Podemos, la gran esperanza de muchos. Porque escucho a Pablo Iglesias y compañía y no, no me convencen nadita.


No soy de meter a todos en el mismo saco. No me identifico con el "todos son iguales" porque creo que sí que hay cosas que los diferencian (aunque en otras sí coincidan más de lo deseado, véanse los imputados salpicados por todas las formaciones). Pero no sé cómo se las apañan para que una vea cada vez menos claro si es peor el remedio o la enfermedad.

6 comentarios:

  1. "Es el panorama que tenemos:gobernantes que contentan a muy pocos, pero cuyo nefasto papel lo maquillan los despropósitos de alternativas políticas que no acaban de serlo y proyectos de nuevos partidos como el que anuncia Sánchez que no sabemos que nos va a proponer de diferente o si van a servir de algo."
    No puedo estar mas de acuerdo contigo y si a todo eso le añadimos el descreimiento que la gente tiene en general de la clase política y de la justicia pues tenemos el panorama que tenemos.

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  2. Cuanto más descreída esté la gente con respecto a la política mejor para los partidos preponderantes y peor en el caso de los minoritarios.
    Se divide el voto de la oposición y eso lo aprovechan ellos porque sus seguidores incondicionales les garantizan muchos votos.Menos indecisos que deciden mayorías absolutas o cambios en el poder entre PP y PSOE (están a punto de gobernar entre ellos dos,algo que ya hacen en muchos aspectos).


    Con una participación de entre 30%-40% del censo electoral,incluso menor,no tienen problema porque está todo bajo control.Añadido al voto ponderado (menos votos para ellos y más para el resto) que favorece para elegir a representantes en el Parlamento y Congreso de los diputados,por lo tienen garantizado su poder por siempre jamás.


    ¿Cómo cambiaría esta situación? Con una participación alta y el voto repartido entre varios partidos,una limpia de los corruptos,el poder judicial sin control de los partidos,etc.


    En conclusión,casi de ciencia ficción en España.No vivimos en Suiza,Suecia o cualquier país con una democracia de verdad.

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  3. Me gusta tu análisis. En el caso de Podemos yo soy de los que quieren creer (anque me cuesta). Hay muchas cosas de ellos que no me generan confianza. En el fondo, lo que está ocurriendo es una auténtica batalla por la izquierda: PSOE o Podemos, porque IU está ya K.O. No sé que me preocupa más, que Podemos cumpla expectativas y nos lleve a una situación límite con la deuda y con Europa, o que no cumpla y la gente se decepcione. Porque algo me dice que mucha gente está poniendo sus últimas esperanzas en Pablo Iglesias y compañía. Y cuando tú fías todas tus ilusiones a una sola carta, eso es muy peligroso. Me preocupa un país más decepcionado, más escéptico de lo que ya está. Necesitamos soñar. Y despertar. Menudo panorama.

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  4. Coincido contigo en lo peligroso de poner tantas esperanzas en algo. Aparte de que yo creo que al final Podemos es un todo demasiado heterogéneo. Dudo mucho que todos los que están dentro sepan realmente hacia dónde van. La semana pasada vi una entrevista con una de las aspirantes a liderar el partido en Galicia y no sabía por dónde salir ante las preguntas que le hacían, que en algunos casos era comprometidas, pero lógicas... Me dio una impresión nefasta.

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  5. Pues sí, el descreimiento es lo más lógico con todo lo que nos rodea :S

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  6. Yo siempre decía que no entendía a la gente que dice que la política no le interesa o que pasa de ella. Sin haber llegado a ese punto (me sigue pareciendo importante interesarse por ello, para criticarlo si hace falta, para tratar de cambiar lo que no te gusta aunque sea con tu voto aparentemente inútil), lo voy entendiendo un poco más...

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