Miguel Bosé (Panamá, 1956) hizo público estos días que tiene cuatro hijos pequeños, pese a que hasta ahora solo se conocía la existencia de dos de ellos. Es lo que yo llamo -no por ofender, sino por sentido común- un padre-abuelo. Hay muchos otros casos, incluso peores (de padres que se estrenan en esta faceta a edades más avanzadas) y no lo acabo de entender.
Cada uno es libre de tener hijos cuando quiera. No me voy a meter en el tema del vientre de alquiler, que no me parece mal -según y cómo- aunque no sea legal en España. Me centro en la cuestión de la edad y en que cuando esos niños cumplan los 18, su padre rozará los 80 años. ¿Qué sentido tiene eso? ¿Por qué condenar a esos niños -a sabiendas- a pasar media vida sin progenitores? Lo encuentro un capricho poco sensato y que se le podía haber ocurrido antes (nunca tuvo los problemas con los que se pueden encontrar los jóvenes de hoy para formar una familia, como es obvio).
Esta imagen de Vanitatis ilustra precisamente una noticia en la que se informa de que el cantante se gastó 250 euros en ropa para los bebés (el primer par de gemelos) en una tarde. |