Soltó Fraga allá por 1976 aquello de "la calle es mía", cita que se me vino a la cabeza pensando en una noticia de las últimas horas y en algunas más de los últimos tiempos. La más reciente es que los vigilantes privados podrán identificar, cachear y detener en la vía pública, algo hasta ahora limitado a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado -cuyos sindicatos no han ocultado su oposición a la medida-. Se trata de una privatización, de un negocio más, lo hemos visto y seguiremos viendo en otros sectores. Y forma parte de la Ley de Seguridad Privada que se aprobó ayer.
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Viñeta de hace unos días sobre lo que quiere imponer la Ley de Seguridad Ciudadana del PP, que ha generado una enorme polémica en las últimas semanas. |
Pero me acuerdo también de cómo el Gobierno viene criminalizando desde el mismo momento que llegó al poder a aquellas personas que se manifiestan en contra de sus medidas (no aquellas que lo hacen supuestamente "a favor de la vida" o "de la familia" y similares, claro está). A veces, incluso trata de impedir que tengan lugar. Aseguran que hay mayorías silenciosas que les apoyan. La calle es suya.
En consonancia con todo esto, tienen también en marcha el proyecto de la Ley de Seguridad Ciudadana, que se ha ganado sobrenombres como Ley de la patada en la boca, Ley antiprotesta o Ley anti 15-M por las sanciones desorbitadas que pretende establecer para acciones como escraches, ofensas a España (pancartas en partidos de fútbol, por ejemplo) o por grabar a un agente con el móvil, entre otros disparates estrechamente relacionados con la represión y el recorte de libertades. Se ha vinculado, incluso, con la Ley de vagos y maleantes del franquismo.
Disputa entre el ministro Jorge Fernández Díaz y
el diputado socialista Eduardo Madina a raíz de la nueva ley.
En consonancia con todo esto, tienen también en marcha el proyecto de la Ley de Seguridad Ciudadana, que se ha ganado sobrenombres como Ley de la patada en la boca, Ley antiprotesta o Ley anti 15-M por las sanciones desorbitadas que pretende establecer para acciones como escraches, ofensas a España (pancartas en partidos de fútbol, por ejemplo) o por grabar a un agente con el móvil, entre otros disparates estrechamente relacionados con la represión y el recorte de libertades. Se ha vinculado, incluso, con la Ley de vagos y maleantes del franquismo.
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El Roto, 10/12/2013. "Cuando hablamos de seguridad, nos referimos a la nuestra". Una traducción simultánea perfecta de lo que nos dicen. |
Y por, último, otro tema del que ya se lleva hablando meses y que tampoco me cabe en la cabeza: los exámenes a las personas que intentan sobrevivir a base de actuar en la vía pública, algo que se empezó a hacer en Madrid y que parece que se extenderá a otros lugares. Gente que toca un instrumento, mimos, bailarines... Tendrán que demostrar sus aptitudes para pasar frío en la calle amenizando a la gente que pasa y a riesgo de que ninguna de esas personas les compense con unos céntimos. ¿A quién hacen daño estas personas? Y si alguna lo hace, que se tomen medidas para ese caso particular, porque creo que sería una excepción. Igual me equivoco, pero no tengo la impresión de que esto responda a una demanda de la sociedad.
Foto: revistamadri.wordpress.com |
Fraga -exministro de Franco y fundador del PP, conviene siempre recordar- dijo aquello en el año 1976, cuando ocupaba en cargo equivalente al del actual ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz. El contexto era que quería evitar que la oposición se manifestara el Primero de Mayo. Cerca de cuatro décadas después, nos lo siguen transmitiendo. No con esas palabras, vale, pero es bien sabido que lo que cuentan son los hechos, y a través de ellos, nos lo dicen a gritos.
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